Friday, June 1, 2012

Sucedió en La Habana.





Sucedió en La Habana


Por Luis de la Paz
La Revista del Diario
Publicado el 06-01-2012


La nochebuena de 1902, unos meses después de la instauración de la República de Cuba como nación soberana (20 de mayo), es el marco en que se desarrolla Sucedió en La Habana, obra del dramaturgo cubano Raúl de Cárdenas, bajo la dirección de Juan Roca.

El conflicto de esta pintoresca pieza con visos históricos tiene como centro a una familia compuesta por mujeres, dominada por una madre castradora, (como los personajes de Lorca), enfrentadas por culpa de los eventos que están teniendo lugar en el país y porque una de las hijas se ha enamorado. De Cárdenas urde una historia cotidiana, con simpatía y humor, a la que le va añadiendo la realidad social.

Cuando se descorre el telón (¡qué maravilla es acudir a un teatro con telón!) el espectador es atraído gracias a la ambientación exquisita en detalles, precisa y funcional, que logra el experimentado Alejandro Galindo, al patio interior de un caserón habanero en los primeros años del siglo XX. La excelencia se extiende al vestuario concebido por el propio director Juan Roca, para lograr diseñar un conjunto armónico, que se corona con un elenco de primera, protagonizando un eficaz texto.

El choque generacional queda muy bien demarcado en esta abra, pero se lleva un paso más allá, para abordar situaciones de identidad nacional. La trama teje dos conflictos: la tirantez entre los miembros de una familia compuesta por seis mujeres, donde la madre (Fernanda), y la tía (Augusta), son españolas y lamentan continuamente el rumbo tomado por Cuba como nación independiente, sin la tutela de la corona española, y sus hijas, Irene, Claudia e Isabel, nacidas en Cuba, las que ven con buenos ojos la nueva realidad insular. El otro personaje femenino es Concha, prima de Fernanda y Augusta, una mujer abierta y liberal, que apoya a las jóvenes soñadoras y casaderas, creando un fuerte contraste con las dos españolas, que son viudas, exigentes y rígidas con las muchachas. El otro conflicto es que Isabel (la más joven de las tres muchachas), está siendo cortejada por Marcos, un joven nacido en Tampa, hijo de cubanos exiliados, que además es judío de religión. El rechazo por parte de Fernanda, la inflexibilidad e intolerancia, contextualizan esa pieza manejada con agudo humor, pero que a todas luces es una tragedia. Para el final, se busca una válida solución que resulta complaciente.

Roca recurre a Julie Grandy para el personaje de Fernanda. La actriz logra con apenas un rostro austero transmitir la fuerza de una mujer decidida a manejar su casa con mano dura. La tía Augusta (otra viuda), magistralmente llevada por Jorge Ovies, es como los ojos de Fernanda cuando ella no está. Por su parte, la elegancia interpretativa de Daisy Fontao como la prima Concha, con sus acciones de mediadora y consejera, le imprimen a esta obra mucha frescura y fina gracia.

Las hijas, Tamara Melián (Isabel), Belkis Proenza (Claudia) y Vivian Morales (Irene), desarrollan sus personajes con organicidad y destreza, imprimiéndole ritmo a la puesta, que, como casi siempre en el teatro de De Cárdenas, tiene mucho de costumbrismo. El personaje masculino Marcos, lo interpreta Joel Rod, cuyo aspecto físico reúne las características que demanda el personaje, pero su desempeño es bastante discreto, muy lejos del resto del imponente elenco.

Sucedió en La Habana es una agradable propuesta, muy cubana y refrescante, que media entre el teatro “serio” y el vernáculo.

Se presenta los viernes y sábados a las 8:30 de la noche y los domingo a las 5 de la tarde en Havanafama Teatro Estudio, 752 SW 10 Avenida. Reservaciones en el (786) 319-1716.


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