Foto: Jesús Hernández. Tomás Doval, Paulina Gálvez y Déxter Cápiro.
Publicado el 04-03-2008La Revista del DiarioUn Lorca espectacularPor Luis de la PazEl estreno de
Lorca con un vestido verde de
Nilo Cruz, bajo la dirección de Rolando Moreno, marca el cierre, a lo grande diría yo, de la primera serie en repertorio del Hispanic Theater Guild. En la temporada 2007-2008 se pusieron siete obras, entre ellas
Ana en el trópico (Premio Pulitzer, 2003) y Lorca con un vestido verde, ambas de Nilo.
De este dramaturgo cubano (que escribe fundamentalmente en inglés) se han visto en Miami, entre otras,
A Park in Our House (1995),
Dos hermanas y un piano (1998) y la mencionada Ana..., todas vinculadas de alguna manera con algún evento social o histórico; todas también con un tratamiento escénico convencional y realista. Sin embargo
Lorca con un vestido verde (2003), que igualmente parte de un hecho conocido, el asesinato en 1936 del poeta Federico García Lorca, se crece por el aire onírico, el desdoble del personaje en múltiples rostros y la excelencia de un texto hermoso y poético.
El fusilamiento de Lorca al principio de la Guerra Civil Española (1936-1939) ha convulsionado a la intelectualidad por más de siete décadas. La obra de Nilo Cruz, es prueba del desasosiego que aún provoca recordar que el autor de
Romancero Gitano haya sido ejecutado por el solo “delito” de ser poeta y homosexual.
En manos de Rolando Moreno, hoy en día, en mi opinión, el más interesante director teatral en Miami, la enigmática obra cobra vida con un ritmo inquietante y un espectacular sentido del espacio escénico. Es una pieza extremadamente difícil que requiere de un director imaginativo y de actores todo terreno. Ambos requisitos se dan de sobra en esta puesta en el Teatro 8 de La Pequeña Habana.
La obra no es más que una aproximación al horror a través de la poesía. En un sitio que podría ubicarse en la memoria –la individual y la colectiva– y a su vez en ninguna parte, aparece Lorca todavía con la camisa ensangrentada (personificado por Déxter Cápiro, en una actuación sencillamente fuera de serie). Allí el poeta irá reconstruyendo, como si se mirara en diversos espejos, al Lorca elegante, risueño, juvenil, un Lorca con vestido blanco (magistralmente interpretado por Ariel Texidó, que también se desdobla en un guardia); a la mujer que todos, en alguna medida, llevamos dentro (Paulina Gálvez, que además hace de la bailadora de flamenco y del Lorca con pantalones bombachos, tres de los ocho personajes del texto original de Nilo, fundidos en esta actriz por Moreno) y al
Lorca con vestido verde, que da título a la pieza, especie de encarnación poética de Caronte conduciendo su barca por el río Aqueronte, hasta las mismas puertas del Infierno o la inmortalidad (en espectacular actuación de Tomás Doval, que también hace de un general). Cuatro estupendos actores que en su devenir se encargan de ir desgranando escenas de la vida del autor de
Bodas de Sangre, con su familia, sus amigos –el pintor Salvador Dalí entre ellos–, y de su trágica muerte.
La música, las luces, el desplazamiento coreografiado de los actores en medio de una especie de plaza cercada por oscuros farallones se unifican para crear una atmósfera asfixiante, agónica, donde, aunque parezca imposible, se escucha el verbo del poeta asesinado, caen verdes globos y hasta, de vez en cuando, un humor ácido, lacerante, sacude la sala.
Se puede anticipar que
Lorca con un vestido verde será una de las piezas más importantes estrenadas en Miami en el 2008. El trabajo actoral es un conjunto armónico con altas vibraciones. Esta sobrecogedora puesta reivindica una vez más el teatro de autores cubanos exiliados.
Lorca con un vestido verde se presenta los viernes y sábados a las 8:30 de la noche y los domingos a las 5 de la tarde, en Teatro 8, 2101 SW Calle 8. Para reservaciones llamar al teléfono 305-541-4841.