Sunday, January 22, 2012

Entrevista al escritor y profesor Matías Montes Huidobro, sobre el homenaje a Virgilio Piñera realizado en Miami

Foto: Luis de la Paz. Matías Montes Huidobro.

Teatro, Centenario de Virgilio
Cubaencuentro.

Para abolir la marginación sufrida por Piñera en Cuba y fuera de Cuba

Entrevista al escritor y profesor Matías Montes Huidobro, sobre el homenaje a Virgilio Piñera realizado en Miami

Mercedes Eleine González, Miami | 20/01/2012


Un importante evento cultural organizado por el Instituto Cultural René Ariza, el patrocinio de la Universidad de Miami (Cuban Heritage Collection, Cuban Digital Theater Archives), y el copatrocinio de la Revista Caribe, (Marquette University y The University of North Florida), Project Zu, el Pro Teatro Cubano y el Centro Cultural Español de Cooperación Iberoamericana se desarrolló los días 12, 13, y 14 de enero de 2012 en el Wesley Center, College of Arts and Science, en el 1210 Stanford Drive de Miami en el cual se resaltó la obra del poeta, ensayista y dramaturgo cubano Virgilio Piñera. CUBAENCUENTRO conversa con el dramaturgo, narrador, poeta, ensayista y profesor cubano Matías Montes Huidobro, quien rindió merecido homenaje a ese otro grande de las letras y la cultura cubana.

Es un honor conversar con usted, Maestro Huidobro, máxime por el motivo que lo trae a colación. Como bien dijera el Apóstol José Martí que “honrar honra” usted se ha honrado honrando recientemente con un merecido homenaje en Miami a ese otro gran dramaturgo, poeta y narrador de las letras cubanas, Virgilio Piñera.

¿De qué forma se organizó y quiénes lo auspiciaron?

Matías Montes Huidobro (MMH): Se organizó como parte de las actividades de promoción teatral del Instituto Cultural René Ariza, con el patrocinio de el Cuban Heritage Collection y el Cuban Theater Digital Archives de The University of Miami, y el copatrocinio de la Revista Caribe (Marquette University y The University of North Florida), Proyect Zu, Pro Teatro Cubano y el Centro Cultural Español. Fueron coordinadores del mismo Yara González Montes, Lesbia Varona, Yvonne López Arenal, Mario García Joya, Lillian Manzor, Orlando Rossardi y yo. Aunque todos colaboraron en una medida o la otra, ciertamente el peso de la organización, contacto y planificación del evento recayó fundamentalmente sobre mi persona, como presidente del Instituto Cultural René Ariza.

¿Qué puede decirnos del evento en el cual numerosos participantes tuvieron un activo protagonismo como parte integral de la conferencia?

MMH: La conferencia tuvo los siguientes objetivos: Celebrar el centenario del nacimiento de Virgilo Piñera (cuya obra ha sido objeto de numerosas publicaciones e investigaciones mías por un espacio de más de cincuenta años) dentro del marco de la dramaturgia cubana que se ha desarrollado fuera de Cuba, de la que formo parte como dramaturgo y como crítico, y a la cual también le he dedicado gran parte de mis investigaciones, por ser Piñera la figura unificadora de la dramaturgia cubana que trasciende los límites de la insularidad y el exilio.

Esto explica que el dramaturgo invitado fuera José Triana, cuya importancia en la dramaturgia cubana ha quedado sólidamente establecida desde los años sesenta, en una panorámica de figuras representativas del teatro que se ha desarrollado fuera de Cuba, con figuras claves (Matas, de Cárdenas, Acosta, Monge Rafuls, Ernesto García, Dolores Prida, Marisel Mayor Marsán, Yvonne López Arenal, Julie de Grandy, Cristina Rebull, Nilo Cruz, Carigan) y otras que ya no están entre nosotros como Ariza, Ferreira, Manuel Martín, Corrales, Leopoldo Hernández, Fermín Bogres, Arenas y que dan una visión muy diversificada de este movimiento teatral.

¿Qué obras narrativas, poéticas o teatrales de Virgilio Piñera se contemplaron para estas exposiciones?

MMH: Aunque el énfasis del congreso fue la dramaturgia de Piñera, también fue objeto de múltiples interpretaciones generales o específicas (en particular Electra Garrigó,Una caja de zapatos vacía, Dos viejos pánicos, El trac, Ejercicio de estilo), la poesía (La isla en peso), la narrativa (La carne de René) y estudios comparativos.

A esto se unieron lecturas dramatizadas de Piñera, que representaron la práctica dentro de la teoría crítica, y lograr que se dramatizaran dos obras importantes del teatro cubano, Nocturno de cañas bravas de José Corrales (Pro Teatro Cubano), con la dirección de José Manuel Domínguez, y El pasatiempo nacional de Raúl de Cárdenas (Havanafama), esta última bajo la dirección de Juan Roca.

¿Podría resumir grosso modo el resultado de estos tres días de desarrollo del homenaje?

MMH: Más allá de cualquier falla, de la que me considero responsable, de la forma más objetiva posible, creo que el Congreso fue un éxito. Logré cubrir una perspectiva bastante amplia de la dramaturgia cubana que se ha escrito fuera de Cuba, a pesar de algunas lagunas, aunque personalmente me puse en contacto creo que con casi todos los dramaturgos con obra publicada fuera de Cuba, que fue un área en la que estuve particularmente interesado en cubrir, integrándolos internamente a la marginación sufrida por Piñera en Cuba y fuera de Cuba.
Por otra parte logré asimismo una perspectiva diversificada entre investigadores fuera del área de Miami, procedentes de diferentes universidades de Estados Unidos, de Francia y Costa Rica, con artistas y escritores de Miami, por medio de invitaciones individuales o una amplia divulgación del congreso a través de la Internet, abierta a polos opuestos de interpretación intelectual, sin restricciones de ningún tipo, incluyendo una gama generacional pocas veces conseguida en la cual participaron intelectuales de larga trayectoria con otros más jóvenes que compartieron su aprendizaje.

Esto en particular me da la más profunda satisfacción, que fue para mí un ejercicio de la democracia del intelecto, con un público receptivo a la propuesta.

¿Cuál es su perspectiva inmediata?

MMH: Publicar las memorias de Congreso. También, dedicarle algún tiempo a mi propia obra creadora y a la divulgación de mi penúltima novela, Un bronceado hawaiano, que acaba de salir bajo el sello de Aduana Vieja. La revisión de este manuscrito durante el período de organización de la conferencia sirvió para relajar la tensión que representó organizar el mismo.

Matías Montes Huidobro ( Sagua la Grande, Cuba, 1931). Realizó sus estudios de enseñanza secundaria en el Instituto Nro. 1 de La Habana, y un doctorado en Pedagogía en la Universidad de La Habana. En 1951 se dio a conocer como poeta con “La vaca de los ojos largos”, como narrador con su cuento “El hijo noveno” en la revista Bohemia; como ensayista, en las páginas de la revista Nueva Generación, uno de sus fundadores; y como dramaturgo, al recibir el Premio Prometeo por Sobre las mismas rocas, que se estrenó ese año. Entre 1959 y 1961 estrenó varias obras dramáticas: Los acosados, Gas en los poros, La botija, El tiro por la culata y Las vacas —esta última Premio José Antonio Ramos en 1961. Ejerció la crítica teatral en el periódico Revolución, donde publicó artículos en la página editorial. Colaboró en Lunes de Revolución y fue comentarista teatral de la emisora CMBF. Impartió clases en la Escuela de Periodismo hasta su salida de Cuba el 27 de noviembre de 1961. Entre 1962 y 1964 se estableció en Meadville, Pennsylvania, donde enseñó en las escuelas secundarias de la comunidad. Es autor además de libros de narrativa y ensayo. En 1964 pasó a la Universidad de Hawai, donde también ejerció su esposa hasta la fecha de jubilación de ambos en 1997 como Profesores Eméritos de dicha institución. Actualmente radica en Miami.

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