"El instante" en Havanafama y la eternidad en Books & Books.
NUEVO HERALD.
Publicado el miércoles 07 de septiembre del 2011
OLGA CONNOR.
ALFA Y OMEGA DE LA PENTALOGÍA
Una versión del testimonio de Carlos Alberto Montaner en video sobre El instante: “Es una novela mural que recoge una época, una parte de la sociedad cubana, una parte marginal, que no forma parte del gobierno, la sociedad de los jóvenes que sufren la consecuencia de una dictadura. Consiguen sobrevivir y amar de acuerdo con sus preferencias sexuales y su modo de entender la realidad, y se ve lo poco que la dictadura ha podido controlar a esos jóvenes”.
Luego, leemos lo que dice Juan Cueto-Roig: “En su quinto y último libro, recién publicado, de la serie El olvido y la calma, José Abreu Felippe continúa narrándonos las vivencias de Octavio [Tavi], personaje semiautobiográfico, que ya nos había dado a conocer ampliamente en las anteriores entregas de esta fascinante pentalogía”.
De la “pentalogía”, habló el editor, Rodolfo Martínez Sotomayor, en Havanafama: “Por esos misterios del sincrodestino, Editorial Silueta publicó la primera novela de la pentalogía y hoy celebra, más que lanza, la que concluye su total publicación: El instante, la penúltima en el orden cronológico. Ese Alfa y Omega literario nos honra por varias razones, una de ellas es que, hasta donde conozco, no existe en la literatura cubana contemporánea una larga novela cíclica en cinco tomos que abarquen desde la infancia hasta la muerte de un personaje […], una parte fundamental de la intrahistoria cubana en los últimos 50 años”. Luis de la Paz, a continuación, abundó en el tema del libro: “Cubre un período difícil y sombrío en la vida de Octavio González Paula, especie de alter ego del autor, que abarca los años 70, específicamente el período que comprende entre 1971, en que recién salido del servicio militar obligatorio conoce a Hugo, y 1980, cuando ese amor se va por el Mariel. En medio, las vicisitudes, los sueños, la esperanza, la angustia y la asfixia de vivir bajo uno de los períodos más negros en la historia de los cubanos bajo el castrismo”.
Entonces Abreu Felippe complació a la audiencia leyendo unos fragmentos de El instante que mostraron la excelencia literaria y el atractivo de su narrativa y sus dramáticos diálogos.
‘ÉL SABÍA SU DESTINO’
“El sabía su destino”, dijo Mauricio Puerta, refiriéndose a Jesús en los Evangelios. “Citaba a Isaías constantemente, tenía su libreto”. Con ese mismo desenfado escribe en su nuevo libro El apóstol rebelde, que es, por supuesto, el propio Puerta enfrentándose a Jesucristo, quien le ha pedido que sea el apóstol número 13 para que se oponga a todo lo que dice. Esto transcurre en un largo sueño de media hora, esperando a unos amigos en un pueblo de Colombia, que dura una eternidad en la
historia.
“Uno no puede cambiar el destino, primero, porque no lo sabemos, segundo porque es mi destino descubrir cuál es mi destino y cumplir con mi destino”. Así afirmó Puerta en su presentación en Books & Books, cuando contó un poco de su vida. Puerta, que está muy bien documentado, estudió arqueología para descifrar el pasado y astrología para vislumbrar el futuro. En 1958, la abuela le regaló las Leyendas de Mesopotamia, y cuando leyó las de Gilgamesh, el héroe de aquella cultura, lo transformó. De ahí en adelante se dedicó a la mitología aplicada.
En la charla comparó a Gautama, que se convirtió en Buda, con Jesús, que se convirtió en Cristo. En su libro reanaliza los sucesos del Evangelio, como en su tiempo lo hizo J.J. Benítez, en sus libros del Caballo de Troya, incorporando el tema de los ovnis, o Deepak Chopra, en El tercer Jesús, en que el tema de la iluminación oriental es esencial. Muchos han leído a Jesús desde su punto de vista, desde Tomás de Kempis (1380-1471), con su Imitación de Cristo, a John A. Mackay, en Mas yo os digo (1927). Puerta tiene de atractivo que compara todo con los signos astrológicos. Aplica además la filosofía positiva: “Yo soy la fe”, dijo. “Es mejor ser que tener, porque lo que se tiene se pierde”.
Puerta habló en su charla de las eras, la del comienzo de Piscis, en que nació Jesús, cuando se terminó la de Aries, por lo que se sustituyó el carnero del sacrificio por la virtud de los mensajeros, los “pescadores”. Crucificaron a Jesús el viernes, día de Venus, que significa el amor verdadero que es cuestión del alma, dijo Puerta. En la Era de Acuario no necesitaremos intermediarios, declaró, llegamos al agua de vida, al ser humano. Así fue disertando el astrólogo-arqueólogo, relacionando la mitología, la astrología y todas las religiones con el Evangelio, todo lo cual también conjetura en El apóstol rebelde.•
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