Saturday, January 8, 2011

La dinámica TEATRAL de Miami en el 2010. Segunda parte.


La dinámica TEATRAL de Miami en el 2010

Written by Eddy D. Souza

Segunda Parte



LECTURAS DRAMATIZADAS


La modalidad de teatro leído, lectura dramatizada o teatro en proceso adquirió este año singular relevancia. Los seguidores del Instituto Cultural René Ariza-ICRA, disfrutaron nuevamente de un programa de lecturas de obras cubanas, que se desplegó entre la salas Teatro en Miami Studio y Havanafama.


Con propuestas, muchas veces a punto de convertirse en montajes, discurrieron los textos dramáticos sobre la escena: Los días del milagro, de Mario Martín, en dirección de Rolando Moreno; Gas en los poros y La madre y la guillotina, textos y dirección de Matías Montes Huidobro; El hueco en la pared, pieza de Jorge Carrigan, dirigida por Gonzalo Madurga, y El príncipe y el mar, escrita y dirigida por Eddy Díaz Souza.

Referencias:


Eddy Díaz Souza. Artefactus.
Mario Martín: una hipótesis en dos escenarios.


Olga Connor. El Nuevo Herald.
El ICRA inicia lecturas dramatizadas con obra de Mario Martín.


En el mes de marzo, Creation Art Center rindió un tributo al poeta granadino, Federico García Lorca, en su II Ciclo de teatro leído. De la mano de Max Ferrá, se escucharon las voces de Isabel Moreno, Marta Velasco, Ana Lidia Méndez, Alejandra Cossío, Marisol Correa, Marcos Casanova, Mario Martín, y Reynaldo González en La casa de Bernarda Alba, La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín.


Los estudiantes de Teatro Prometeo, como en años anteriores, volvieron a incursionar en la lectura dramatizada. La sala fue dispuesta para Acto cultural, obra de José Ignacio Cabrujas, en dirección de Beatriz J. Rizk. Jacqueline Briceño, por su parte, seleccionó y dirigió Orinoco y Rosa de dos aromas, piezas del dramaturgo mexicano Emilio Carballido.


La compañía Havanafama se paseó también por la lectura dramatizada, pero añadiendo elementos de vestuario, maquillaje, escenografía, luces y sonido. Su “teatro en proceso” mostró el camino hacia una posible puesta en escena, aún con los actores aferrados a la letra del texto. En el primer ciclo, dedicado a los 30 años del éxodo del Mariel, fueron presentadas las obras: Se van las Capote, de Raúl de Cárdenas, en dirección de Juan Roca; Amar así, de José Abreu Felippe, con una propuesta escénica de Eddy Díaz Souza; El último vuelo de la paloma, de Héctor Santiago, dirigida por Luis de la Paz y El último bolero, de Cristina Rebull e Iliana Prieto, bajo la dirección de Juan Roca.


En el mes de junio despuntó el segundo ciclo Teatro en proceso: la vida en un acto, que se extendió hasta el mes de julio. El programa destacó la obra de dramaturgos cubanos, tales como Julio Matas, del cual se presentaron Juego de damas y El cambio, bajo la dirección de Eddy Díaz Souza, quien concibió además las puestas de Recordando a mamá y Soldados somos y a la guerra vamos, de Pedro Monge Rafuls. De la mano de Alejandro Galindo llegaron sus obras, Conferencia sobre la Viagra y La soga pa mi pescuezo. A estas continuaron Tatagua y Esperanza, piezas escritas y dirigidas por Yesler de la Cruz. El ciclo concluyó con dos obras de Héctor Santiago: Nuestra Señora de los diamantes, puesta de Eddy Díaz Souza, y La Diva en la octava casa, que contó con la dirección de Juan Roca.


Referencia:

Ángel Cuadra. Diario Las Américas.


Teatro e Historia: dos acontecimientos notables.



OBRAS Y AUTORES

Toda ciudad puede ser la imagen y discurso de su teatro. En tal sentido, propongo esta mirada por la cartelera teatral de Miami, partiendo de los autores y textos representados. Voces que —como ya es sabido— se complementan y hasta se desdibujan en ocasiones, ante las exigencias de la dramaturgia del director de escena. Para agregar valor a los datos reunidos, invito a la lectura de los trabajos críticos indexados.


En la cartelera teatral de cualquier ciudad es frecuente encontrar obras de autores clásicos. Sus temas nunca mueren y las formulaciones escénicas enriquecen y actualizan —por lo general— los puntos de vista del dramaturgo. Algunas de estas piezas que subieron a escena este año: Romeo y Julieta, de William Shakespeare, en versión de Gustavo Ott y dirección de Miguel Andrés Ponce (Nuevoteatro66); Fuenteovejuna, de Lope de Vega, en versión de Rocío Carmona y puesta de Lilliam Vega y Lección para señoritas, un trabajo de Jacqueline Briceño basado en La escuela de las mujeres de Molière (montajes de Teatro Prometo). La Sociedad Actoral Hispanoamericana también estrenó una comedia del autor francés, El enfermo imaginario, cuya versión y dirección correspondió a Ika Santamaría.


La obra de Federico García Lorca es una constante en la programación de la ciudad. Este año, los directores Max Ferrá (Actors Arena), y Raúl Izaguirre y Miguel Sahid (Sociedad Actoral Hispanoamericana) apostaron por el mismo texto, Bodas de sangre, aunque con interpretaciones particulares, en escenarios diferentes.


Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams, fue el punto de despegue para revisar, versionar y recrear este drama en escena. Con Maroma Players y Creation Art Center, concibió Rolando Moreno su espectáculo La última parada, mientras que Lilliam Vega develó Las caras de Blanche, con los jóvenes actores de Prometeo.


Bajo la dirección de Osvaldo Strongoli se produjo, primero, la lectura dramatizada y luego la puesta en escena de El acompañamiento, del dramaturgo argentino Carlos Gorostiza, en la que Strongoli compartió personaje con Gualberto González.


El ciclo proyectado por el colectivo Cirko Teatro, mostró la obra de otros autores (y actores) argentinos, como Destino de dos cosas o de tres, de Rafael Spregelburd, en dirección de Alejandro Damián Vales. También los monólogos Malena, tocáme un tango de Laura Ferretti, Cacho de Buenos Aires de Esteban Villarreal y Puta de Charlie Abaca, cuyo estreno se había producido antes, en el IX Festival Latinoamericano del Monólogo.


El humor argentino también estuvo presente en Justo en lo mejor de mi vida, de Alicia Muñoz, en dirección de Marcos Casanova para el Hispanic Theater Guild.


La dramaturgia cubana, escrita dentro y fuera de la Isla, potenció este año su presencia y formulaciones en los escenarios de la ciudad. Algunas de las obras exhibidas: Talco: un drama de tocador, de Abel González Melo. Recibió el Premio de Dramaturgia del Teatro Máximo Gorki (Berlín, 2009) y su estreno mundial se produjo en el Teatro Abanico, con puesta en escena de Alberto Sarraín (La Má Teodora y Arca Images).


Las penas saben nadar, de Abelardo Estorino, monólogo estrenado en Cuba en 1989, fue reformulado e interpretado en esta ocasión por Alexander Otaola, con la dirección de Ernesto Molina.


Entre agosto y septiembre Abilio Estévez visitó la ciudad, entre otras cosas, con el propósito de animar, apoyar y asistir al estreno de La última función (Lilliam Vega, Nobarte). Meses antes había ocurrido la reposición de Josefina la viajera, dirigida por Rolando Moreno (Maroma Players) y casi al cierre del año llegó a las tablas Santa Cecilia, en dirección de José González (Galiano 108). Cabe señalar que Estévez fue el dramaturgo más representado por los directores del patio, en esta temporada.


Frijoles colorados, de Cristina Rebull, diseñada ingeniosamente por Rolando Moreno (Maroma Players), recibió los elogios de la crítica y logró un importante punto de giro en la escena local. También bajo la dirección de Moreno se repuso la obra de José Abreu Felippe, Alguien quiere decir una oración, en una coproducción de Maroma Players y el Instituto Cultural René Ariza.


Para la agrupación Teatro en Miami Studio, dirigió Ernesto García dos de sus nuevos argumentos dramáticos, Al horizonte no se llega en una barca de papel y Oda a la tortura. El autor y director repuso además su pieza Aromas de un viaje, en el marco de la primera edición del Teatro en Miami Festival.


Bajo la dirección de Juan Roca, la compañía Havanafama produjo dos piezas de autores cubanos: Operativo vagabundo, comedia de Julie De Grandy y Puerto de coral, de Maikel Chávez.


Pedro Monge Rafuls fue el dramaturgo que dio inicio a la actividad teatral de la agrupación Artefactus. Su obra, Pase adelante, si quiere, con una puesta de Eddy Díaz Souza, inauguró el capítulo de presentaciones especiales en el IX Festival Internacional del Monólogo. El solar de la palangana de oro, original de Raúl de Cárdenas, constituyó la segunda propuesta de D. Souza para Artefactus Teatro, en alianza con Havanafama.


Akuara Teatro abordó también textos de la dramaturgia cubana. En su primera producción, La noche de Eva, Yvonne López Arenal concibió el texto y su plasmación escénica. Su siguiente producción, Flores no me pongan, de Rita Martin, le permitió asumir nuevamente el rol de directora de escena.


Fabián de Cárdenas (Dream Theatre Productions) llevó al escenario del Teatro 8, Marea roja, de Juan C. Sánchez.


El actor, dramaturgo y director Yoshvani Medina (ArtSpoken) probó en la ciudad sus textos dramáticos, algunos de ellos estrenados en festivales y escenarios internacionales. Su ciclo teatral despegó con Probation y continuó con otros dos títulos de su creación, Sinfonía en Do mayor (y La menor) y Suicídame. Medina también diseñó puestas en escena para Los dictados del fuego y El dado Job, del dramaturgo pinareño Ulises Cala.


OTROS TEXTOS, OTROS AUTORES


Hazme el amor con tu boca, de la venezolana Anays Anays Zhiur y El ángel de la culpa, de Marco Antonio de la Parra (Miguel Ponce, Nuevoteatro66).


Por las tierras de Colón, del dramaturgo mexicano Guillermo Schmidhuber (Mario Ernesto Sánchez, Teatro Avante).


Elegía para un travesti, escrita por el hondureño Oscar Reconco, en versión y dirección de Juan Roca (Havanafama).


De la dramaturgia chicana, Filo al fuego, original de Oliver Mayer (Joann María Yarrow, Teatro Prometeo).


Las criadas, de Jean Genet (Sabas Malaver, Teatro Abanico).


Del también francés Eric-Emmanuel Schmitt, Pequeños crímenes conyugales (Yoshvani Medina, ArtSpoken).


Y los espectáculos dirigidos por Marcos Casanova (Hispanic Theater Guild): Amistad, de la holandesa Marís Goss y La sombra del Tenorio y Las heridas del viento, de los españoles José Luis Alonso de Santos y Juan Carlos Rubio, respectivamente.


CONCLUSIONES


Drama, tragedia, melodrama, comedia… una amplia escala de géneros dramáticos para complacencia del público. Obras de la literatura dramática clásica y contemporánea. 25 lecturas dramatizadas. 15 autores cubanos. 6 dramaturgos argentinos. Más de 20 agrupaciones y 8 salas, aproximadamente, con programación teatral estable y en español.


En tiempo de crisis económica, el teatro en Miami salió fortalecido.

3 comments:

edsouza said...

Muchas gracias mi estimada Yvonne por reproducir mi texto, en este magazine tan importante. Mis saludos y abrazos.

edsouza said...

Muchas gracias mi estimada Yvonne por reproducir mi texto, en este magazine tan importante. Mis saludos y abrazos.

edsouza said...

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