Sunday, November 21, 2010

Magali Boix Premio René Ariza.


Foto: Miguel Pascual. Magali Boix durante la ceremonia de los premios René Ariza. Cuban Heritage Collection de la Universidad de Miami.


Foto: Alba Borrego. Iván Cañas durante la presentación del premio René Ariza a Magali Boix.



Magali Boix una vida en el arte.


Por Iván Cañas.


Gloria Magali Boix Arenal, nace en La Habana en agosto del año 1925.


A la temprana edad de 8 años, en 1933, debuta en las tablas al recitar el poema Los zapaticos de rosa de nuestro apóstol José Martí, en el Teatro Nacional de Cuba. El público presente reconoció su incipiente talento para la declamación con aplausos prolongados.


De cierta manera, esos aplausos estimularon, consolidaron el futuro de quién sería una de las locutoras, primero de la radio, luego de la televisión, más conocidas de la isla. Con sólo 15 años Magali hace sus “pininos” en el mundo de la radio.


Al principio como actriz en programas costumbristas de la época, lo que le permitió más adelante, formar parte del elenco de la original versión de la Radio Novela más divulgada en la historia de ese medio, El derecho de nacer, de esa gloria de Cuba que fue y es Feliz B. Cañet.


La República de Cuba, a la vanguardia de la mayoría de los países latinoamericanos, e incluso de algunos de Europa, inaugura, en 1950 la televisión, un acontecimiento trascendental en el universo de las comunicaciones y la cultura mundial.


La televisión se nutrió en sus inicios, por osmosis, de la cantera artística que había formado la radio, su antecesor inmediato.


Magali pasó entonces, en plena juventud, con su perfecta dicción y una presencia nítida y cristalina, a locutora comercial de firmas como General Electric, que patrocinaron programas de profunda raigambre popular como "Conflictos Humanos" donde compartía la locución y la presentación del mismo con su colega Cepero Brito.


El rating de venta de los productos, y los sondeos de preferencias de programas televisivos, reflejaban que la gestión de venta, así como de aceptación de los programas, estaba estrechamente vinculado a la impronta que ella imponía con su presencia.


De esta manera, el "Colegio de locutores de Cuba" le entrega en 1956 su premio a la mejor locutora del año.


A pesar de sus éxitos como locutora de la televisión cubana, Magali quería algo que no existía en la TV. Quería el contacto directo con el público. Quería escuchar la sonora carcajada, o el suspiro desbordado de un público que escucha, ve, participa y siente en vivo y en directo el parlamento, las expresiones, la actuación. Esa magia no la daba la televisión, lo daba, lo da.... sólo el teatro.


Y es que quizás en su memoria había quedado grabada aquella ovación recibida en su infancia cuando declamaba aquello de: Hay sol bueno y mar de espumas, Y arena fina, y Pilar Quiere salir a estrenar, su sombrerito de pluma.


Y siguiendo entonces sus instintos acepta en 1956 un papel en El caso de la mujer asesinadita de Miguel Mihura donde compartió el escenario con una gloria del teatro universal, Adela Escartín en la puesta en escena de Carlos Piñero. También en esa época protagoniza Espíritu Burlón, bajo la dirección de Rubén Vigón.


Comparte entonces a partir de ese momento sus compromisos con la TV y su amor por el teatro. Poco después se produce entonces en nuestra patria el arribo al poder de la llamada Revolución. Apoyada al inicio por la mayoría de la población, ávida de cambios en nuestra patria, y que confió en el discurso prometedor de quien no sólo engañó a su pueblo, si no también a toda la humanidad, se comenzaron a ver errores garrafales en la conducción del país.


Uno de los primeros fue la intervención de todas las radio emisoras y los canales de televisión que fueron engullidos por el omnipresente estado. Desapareció entonces la gestión privada, la libre empresa, y con ello, el papel de los locutores.


Paradójicamente, éstas medidas tiránicas, le abren las puertas a Magali para su total dedicación al teatro. En 1959 comparte los roles protagónicos de La muerte de un viajante con Vicente Revuelta que también dirige la puesta en escena. Algo después conoce al director Dumé, y al escritor Abelardo Estorino, figuras claves en la historia de nuestras artes escénicas. Incursiona en el universo del celuloide al actuar en los filmes El Robo así como En días como estos. De esa etapa se recuerdan también sus actuaciones en Las brujas de Salem, El robo del cochino, Las impuras, Las vacas gordas, La soga al cuello, Bodas de sangre, La casa de Bernarda Alba, Yerma, Maria Antonia y muchas más.


Años más tarde, une sus fuerzas a las de Roberto Blanco, otro de los pilares de las artes escénicas de la isla, y ambos fundan el Teatro de Ensayo Ocuje. De esa etapa de trabajo en equipo se destacan las puestas en escena de Diario de Campaña, Ocujes dice a José Martí y María Antonia, entre otras.


A partir de esta fecha, Magali comienza a compartir su labor como actriz con la de productora. Descubre quizás, que como productora teatral, puede encauzar todas las energías que siempre la acompañaron, y que esta misión, puede ser tan creativa como la actuación. Como productora, y en medio de un país dominado por las carencias y las trabas burocráticas impuso su energía, su determinación y destreza, y resolvió problemas que parecían insolubles con una mezcla de pasión y deseo.


Llegó entonces a nuestra patria el oscuro período de la llamada "parametración". Todos los actores o actrices que, “o eran”, o se “sospechaba” que eran homosexuales, fueron dramáticamente despedidos de sus puestos de trabajo sin contemplación alguna. Magali ofreció y dio lo mejor de si misma para luchar contra esta injusticia social. Denunció y criticó esta actitud fascista y discriminatoria del gobierno y de la dirección del Ministerio de Cultura. Los protagonistas de aquella pesadilla siempre la recordaran por su actitud solidaria.


Siguiendo el camino de sus hijos, arriba al exilio en 1993, donde ha hecho esporádicas apariciones en las tablas. Entre las obras más destacadas se encuentran Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba. En la televisión de Miami participó en un gran número de comerciales publicitarios. Recibió en el 2006 La Medalla de la Excelencia Cubana, entregada por el Club San Carlos a quienes con su ejecutoria han enaltecido a la Republica de Cuba.


Creemos que este reconocimiento, el Premio René Ariza, le hace justicia a quien entregó su corazón, su alma y su vida al desarrollo del teatro cubano. Magali Boix.


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