Doce meses de tozudez
ANTONIO ORLANDO RODRIGUEZ.
El Nuevo Herald.
Cuando la recesión asoma sus orejas, el arte y la cultura son los primeros en sufrir sus descalabros. Afortunadamente, durante este año los teatristas de Miami se las arreglaron para ponerle buena cara al mal tiempo y sacar adelante un considerable número de proyectos. Supongo que es cuestión de entrenamiento: ya están acostumbrados a crear en condiciones hostiles.
Sin pretender un recuento exhaustivo, vale la pena recordar algunos montajes en español significativos que pasaron por nuestros escenarios en el transcurso del 2008:
Hispanic Theater Guild acertó al apostar por el lirismo y la fuerza dramática de obras de Nilo Cruz como Ana en el Trópico y Lorca con un vestido verde, dirigidas, respectivamente, por Marcos Casanova y Rolando Moreno.
A 30 años de su estreno en Nueva York, el regreso de El Super, de Iván Acosta, probó que este ''pequeño clásico'' sigue siendo uno de los más inteligentes retratos artísticos que se hayan hecho del exilio cubano.
Ernesto García rescató para su siempre activo Teatro en Miami Studio Los acosados, pieza estrenada en 1960 por Matías Montes Huidobro, y actualizó sus significados con una singular relectura.
Maderamen desempolvó La repetición, obra de Antón Arrufat escrita en 1963, con un montaje de Nilo Cruz protagonizado por la vital Teresa María Rojas. (El texto, concebido originalmente para ilustrar la de-sesperanza de la Cuba de los años 1940, reveló en esta reposición una inesperada actualidad: la vida asfixiante y ''repetitiva'' de sus personajes es hoy la de millones de cubanos).
Cristina Rebull ratificó sus dotes de buena dramaturga y directora con la comedia agridulce Llévame a las Islas Griegas, mientras Indira Páez y Juan David Ferrer entregaron Mujeres abiertas de par en par, un grato espectáculo de café concert.
Teatro Cómplice aportó una pincelada exquisita e inusual con Conversación en la casa Stein sobre el ausente señor Goethe, monólogo del alemán Peter Hacks que permitió admirar la precisión y la elegancia de la mejor Susana Pérez.
Este año, Teatro Avante ofreció una atractiva decimotercera edición de su Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami. Me gustó El llanto, de la compañía barcelonesa Octubre Teatral, con su inteligente imbricación de versos de García Lorca y melodías de Enrique Granados, y también El día más feliz de nuestra vida, un texto de Laila Ripoll que retrata humorísticamente dos momentos de la historia reciente de España, interpretado de maravillas por Alquibla Teatro, de Murcia.
En el marco del Festival, Teatro Prometeo estrenó Los intereses creados, una de las producciones más sobresalientes del año. La versión de Joann María Yarrow logró insuflar frescura y vitalidad a la conocida obra de Benavente, y superar con creces el nivel interpretativo que suele esperarse de un elenco estudiantil.
Ahora bien, mi espectáculo favorito de 2008 fue el poético Quijote del Teatro Bambalina, de Valencia, España, que brindó en febrero el Centro Cultural Español. Un montaje realmente exquisito, con títeres Bunraku, que causó una impresión perdurable en quienes tuvimos el privilegio de disfrutarlo.
Estos 12 meses nos dejan recuerdos de actuaciones meritorias -- Jorge Hernández y Rocío Carmona (Los intereses creados), Déxter Cápiro (Lorca con un vestido verde), Grettel Trujillo (Ana en el Trópico), Ana Viña y Zulema Cruz (Llévame a las Islas Griegas), Marcos Casanova y Mario Martín (El médico a palos), Gerardo Riverón y Vivian Ruiz (El Super), Marisol Calero (Mujeres de par en par) y Sandra García (Improvisando a Chejov), entre otras-- y de creativos diseños de escenografía y de vestuario --Jorge Noa y Pedro Balmaceda (Los intereses creados), Rolando Moreno (El médico a palos)--; pero también nos dejan el deseo de ver más espectáculos de pequeño formato, con un carácter más audaz, y de una programación estable para niños y adolescentes (los futuros espectadores adultos).
¿Qué tiene a su favor el teatro hispano de Miami? Actores, directores y productores provenientes de distintos países, con inventiva y ganas de hacer. Prueba de ello son las iniciativas del Instituto Cultural René Ariza o el Festival Latinoamericano del Monólogo de Havanafama. ¿Qué le falta? Mucho. Entre otras obviedades: una cartelera más variada y menos efímera (buenas puestas se esfuman tras apenas dos o tres representaciones), apoyo económico privado y gubernamental, diversidad de acercamientos críticos, mayor difusión y ¡espectadores!
Si tuviera que elegir una palabra para sintetizar el quehacer de los teatristas durante el año que termina, echaría mano al adjetivo tozudez. Cuando todo a su alrededor parece decirles ''¡No, no, no!'', ellos han perseverado en su voluntad de tentar al público y a la suerte. Esa respetable tozudez, a prueba de aguafiestas, se agradece y bien podría ser el gran mérito del teatro hispano de Miami en el 2008. •
Teatro un año más.
Revista del Diario.
Publicado el 12-31-2008.
Jesús Hernández.
El año comenzó con el despertar del Centro de Artes Escénicas Carnival Center, que hoy llamamos el Adrienne Arsht Center. Despertar mantenido a lo largo del año con una cartelera mayormente “importada” que apuesta por el éxito probado. No obstante, el gigante de hormigón sorprendió con un musical “made in Miami”. Una producción que tuvo por título Miami Libre y resultó ser una agradable presentación, pero una pésima selección de guión.
Asimismo, el Instituto Cultural René Ariza presentó su tercera serie de lecturas dramatizadas en la sala Teatro en Miami Studio. Importante programa que propone la difusión de obras concebidas por escritores cubanos exiliados. Lectura que dio por resultado la puesta en escena de Los acosados, de Matías Montes Huidobro, adaptada y dirigida por Ernesto García; y próximamente la representación de Lina, escrita y dirigida por Marcos Miranda.
En enero el grupo Hispanic Theater Guild trajo a escena la muy esperada versión en español de Ana en el trópico, escrita originalmente en inglés por Nilo Cruz. Una pieza que cuenta con el atractivo del Premio Pulitzer 2003. Escenificación que Marcos Casanova asumió con un elenco resaltado por la actuación de Marta Velasco y Germán Barrios.
Luego, a finales de marzo, Hispanic Theater Guild estrenó Lorca con un vestido verde, también de Nilo Cruz, bajo la dirección de Rolando Moreno. Una extraordinaria puesta en escena que realzó la aproximación poética que el autor plantea sobre el asesinato y muerte de Federico García Lorca (1898-1936). Enigmática pieza que el director supo enaltecer con un ritmo muy conmovedor y la actuación de Déxter Cápiro como protagonista. Dirección que merecería el premio del año, si tuviéramos premiación.
Mayo trajo el regreso del director Eloy Ganuza al teatro. Reaparición que tuvo por título Regreso a casa. Versión “cubanizada” de Made in Lanús, de la escritora Nelly Fernández Tiscornia, y el guión de la versión cinematográfica Made en Argentina, de Juan José Jusid, que refleja parte del sentir de la familia cubana de un lado y el otro de la frontera del exilio.
El grupo Havanafama sorprendió con su versión de La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca. Una adaptación y dirección de Juan Roca que tuvo por título Bernarda y énfasis en los deseos reprimidos del ser humano. Interpretación que demostró lo mucho que se puede hacer cuando la habilidad se impone a los pocos recursos económicos.
Teresa María Rojas sorprendió con su regreso a las tablas. Regreso que asumió con una atractiva y preponderante actuación en La repetición, bajo la dirección de Nilo Cruz. Una obra escrita por Antón Arrufat que apenas supera los 45 minutos y refleja una estampa crítica de la sociedad cubana de los años 1940.
Un matrimonio acosado por la posesión de bienes materiales y las vicisitudes del pago de deudas subió a escena en octubre. Pieza teatral titulada Los acosados que Matías Montes Huidobro escribió en 1959 y Ernesto García adaptó con aires de realismo y surrealismo. Una acertada escenificación que tuvo por intérpretes a Ivette Kellems y Christian Ocón, y vino como anillo al dedo en estos tiempos de austeridad económica.
Asimismo, agradable e incluso exquisito fue el monólogo Conversación en la casa Stein sobre el ausente señor Von Goethe, del dramaturgo alemán Peter Hacks (1928–2003), interpretado por Susana Pérez. Montaje original de Miguel Pittier que la actriz protagonizó con marcado éxito en Cuba y Jorge Lorenzo asumió en Miami bajo los auspicios del grupo Teatro Cómplice.
Una mención especial merece la presentación de El médico a palos, de Francois de Moliere, que Rolando Moreno supo acercar a nuestro entorno tropical sin abandonar la esencia y el contexto de la pieza original. Versión de lujo que tuvo una actuación estelar en Marcos Casanova y demostró que la buena comedia es posible cuando el ingenio y el buen gusto están presentes.
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