Portada: Cortesía de Yara González Montes.Diseño: Luis García Fresquet. Foto de contraportada: Mario García Joya. (Mayito).
Yara González Montes, es una extraordinaria investigadora. Profesora Emérita de la Universidad de Hawai donde enseñó desde 1965 hasta 1997, desempeñando la cátedra de literatura del Siglo de Oro y Poesía Española Contemporánea, se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana, y más tarde obtuvo un American Ph.D de la Universidad de Pittsburgh. Autora de Pasión y forma en «Cal y canto» de Rafael Alberti y co-autora de la Bibliografía crítica de la poesía cubana (Exilio: 1959) y José Antonio Ramos. Itinerario del deseo. Ha publicado innumerables artículos sobre literatura peninsular y literatura cubana en revistas académicas. La importancia de sus investigaciones se pone de manifiesto por la inclusión de sus ensayos en textos especializados y monográfico. Yara González Montes es miembro de la mesa directiva del ICRA.
Matías Montes Huidobro: su obsesión por la escritura, es un proyecto recientemente publicado y ambicionado por largo tiempo . Su posición matrimonial privilegiada con Montes Huidobro, le ha permitido trabajar con una documentación única, reuniendo en este libro, trabajos críticos de prestigiosos autores: Jesús Barquet, José A. Escarpanter, Jorge Febles, David William Foster, Elsa Gilmore, Luis González-Cruz, Armando González-Pérez, Patricia M. Montilla, Rolando D.H. Morelli, Jorge J. Rodríguez-Florido, William Siemens, Georgina J. Whittingham y Phyllis Zatlin, complementados por una minuciosa y extensa información bibliográfica, fuente de futuras investigaciones. Editado por: Ediciones Universal. Primera edición 2007.
Foto: Puesta en escena de Su cara mitad. Cortesía de Matías Montes Huidobro.
Reseña de Yara González Montes para la revista Gestos.
“Teatro de las Américas en Oxnard, California: Su cara mitad de Matías Montes Huidobro”
Bitácora teatral.
Yara González Montes.
Asistir al estreno de Su cara mitad de Matías Montes Huidobro, llevada a escena por el Teatro de las Américas en Oxnard, California, en medio de una comunidad formada en su mayoría por personas de ascendencia mexicana, ha sido una experiencia extraordinaria. Margaret Cortese, Directora Artística y Ejecutiva escribe en el Programa: “Desde 1992, Teatro de las Américas escoge las obras que presenta tomando en cuenta que existe con el propósito de descubrir, explorar, abarcar y compartir las ricas tradiciones de los pueblos hispanoparlantes....” Es ella la que “descubre” la obra de Montes Huidobro trece años después de publicada en Teatro Cubano Contemporáneo. Antología. Centro de Documentación Teatral. Fondo de Cultura Económica. Madrid, España, 1992. La obra consta de tres actos y presenta el dilema que confronta el inmigrante hispano, que trata de asimilarse al mundo norteamericano y se empeña en triunfar en él. Sin embargo, el protagonista escoge un camino equivocado. Olvidando los principios que forman los valores básicos de su cultura y de su propia personalidad, trata de adquirir los de una cultura ajena, tomando la sexualidad como poderosa arma de combate para el logro de sus ambiciones personales, colocándose en una disyuntiva difícil de sostener. No podemos olvidar lo que somos porque al hacerlo dejamos de ser. El proceso de asimilación conduce a Raul (sin acento), el protagonista, a su propia desintegración. Como en una prueba más de que la vida es, efectivamente un sueño, cada acto de Su cara mitad niega al anterior llevando a sus personajes, en situaciones escapadas de la vida real, al más absoluto desgarramiento. Las ambivalencias de significado que la obra presenta desde el momento que leemos su título enriquecen un argumento que nos mantiene al borde del asiento desde que se descorre el telón, adquiriendo una temática existencial que la vuelve verdadero documento del ser y del no ser sartreano.
La actuación estuvo a cargo de un grupo de jóvenes que se comportaron como verdaderos profesionales del teatro bajo la hábil dirección de Christina AErenlud-Véliz cuyo trabajo se concentró en sacarle el mayor partido a los textos de Montes-Huidobro buscando en el trabajo del actor la médula interna de cada uno de los personajes sin dejarse llevar por ningún afán de espectacularidad. Momentos de mayor significado, como cuando Sam le entrega la pistola a Raul para que se pegue un tiro, fueron resueltos con medida precisa. De particular importancia fue la solución que dio a los dos largos monólogos de Raul y Sara que requerían, del primero, un constante desdoblamiento; y de la segunda, una dinámica de la relación atracción- rechazo que la lleva a la destrucción de Raul.
Es cierto que contaba con el talento dramático de Armando Rey (Raul) y Lourdes Solórzano (Sara). El logró una interpretación de gran fuerza escénica que si bien al principio aparece como dueño absoluto de sí mismo y de la situación en que vive, termina vencido y dominado por una encarnizada lucha interior que lo conducirá a su propia destrucción. El actor pasa de la manipulación de la que cree ser dueño en el primer acto a la violencia en la que se arrastra físicamente por el escenario en el tercero. Lourdes Solórzano, supo medir todas y cada una de las palabras que pronuncia en el segundo acto, convirtiéndose en una mujer fatal capaz de llevar la destrucción del amante y enemigo hasta sus últimas consecuencias. No conforme con ello, en el tercer acto se transforma en una inocente criatura que no pierde, sin embargo, su diabólica condición. Iriany Pellican (Judy), añade una dimensión diferente a la obra ya que actúa como fuerza catalizadora de los momentos álgidos de la acción. Con inusitada gracia, miradas significativas y fina intención, va anundando hechos y descubriendo motivaciones fundamentales de la acción. Oscar Franco (Bob), cuidadoso y correcto, es un personaje de otra naturaleza, supo aprovechar su papel con eficiencia, mientras que Roberto Sánchez (Sam) ofreció una actuación gestual excelente equilibrando el grotesco y el humor, pero evadiendo la simplificación del “ugly American”.
Teatro de las Américas con esta obra y otras de su repertorio demuestra lo que un teatro de una comunidad debe hacer en una ciudad donde las raíces hispánicas juegan un papel predominante llevando a escena obras que planteen los conflictos internos de la colectividad.
Yara González Montes, Ph.D.
Profesora Emérita, Universidad de Hawaii.
GESTOS 41. (Abril, 2006)
Irvine. California.
Su cara mitad forma parte de la Antología de Teatro Cubano Contemporáneo. Editada en 1992 por el Centro de Documentación Teatral y el Fondo de Cultura Económica, Sucursal España. Prólogo: Carlos Espinosa Domínguez.
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