Tuesday, August 9, 2011

Al ENCUENTRO de Luisa Martínez Casado

Por Antonio O. Rodríguez
Fuente: El Nuevo Herald.
Publicado el 31 de julio de 2011.

Uno de mis libros preferidos de la literatura cubana es La selva oscura, de Rine Leal, un monumental estudio en dos tomos sobre los orígenes del teatro en Cuba y su historia hasta 1902. En las páginas de esa obra se conjugan de forma admirable la minuciosidad y el rigor del investigador -que presta atención tanto al contexto histórico como al más pequeño dato pintoresco, en apariencias trivial, pero siempre revelador- y un estilo elegante y flexible, que trasciende lo meramente expositivo para seducir al lector. Esta infalible combinación se pone de manifiesto, de manera especial, en los excelentes capítulos dedicados a dramaturgos del siglo XIX como Gertrudis Gómez de Avellaneda, José Jacinto Milanés y Joaquín Lorenzo Luaces.

Por la ambición con que se acerca a una gran figura de la escena hispanoamericana, por la multiplicidad de fuentes a las que echa mano para conformar un retrato de difícil materialización y por la eficaz forma en que su discurso se apropia de herramientas de la ficción, la lectura del más reciente libro publicado por Rosa Ileana Boudet me remitió, de manera muy gratificante, a la obra mayor de Leal. Sin duda, esta investigación de Boudet se inserta en la órbita de La selva oscura, toma como paradigma aquel trabajo paciente y esforzado, y contribuye a enriquecerlo y a complementarlo con hallazgos e informaciones poco conocidas sobre la vida profesional y privada de la legendaria actriz Luisa Martínez Casado (nacida en Cienfuegos, Cuba, en 1860, y fallecida en esa misma ciudad en 1925).

La biografía Luisa Martínez Casado en el paraíso (Santa Mónica, California: Ediciones de la Flecha, 2011) nos permite seguir la trayectoria de una artista que inicia su carrera, siendo una niña, en una época de violentos enfrentamientos entre los partidarios de la independencia de Cuba y quienes preferían que la Isla mantuviera su condición de colonia de España, y que, a los 18 años de edad, se traslada a España, donde ingresa en el Real Conservatorio de Madrid y es “descubierta” por el popular dramaturgo José Echegaray, quien la convierte en una de las intérpretes de Mar sin orillas, drama que genera polémica por su trama de cuestionable moralidad. En un ejercicio casi detectivesco, en el que las certezas alternan con las deducciones, Boudet sigue a su protagonista, convertida ya en primera figura de su propia compañía teatral, a lo largo de sus giras por distintas ciudades de España y Cuba, y también por México, Puerto Rico, Santo Domingo, Venezuela y Colombia…

Española por elección (“¿Quién soy yo? Una actriz española, nacida en la perla del sur de Cuba”, se define en la publicación Revista Mexicana en 1895), pero nunca anticubana, la Martínez Casado se retiró de los escenarios a los 54 años, cuando fallece Isaac Puga, su esposo y compañero de aventuras artísticas. El libro testimonia la mística de una mujer -y de una familia- por el teatro, más allá de la adversidad económica, las luchas políticas y la indiferencia del entorno social por la cultura, y revela también las circunstancias que la convirtieron en la más cubana de las actrices españolas y la más española de las actrices cubanas.

Rosa Ileana Boudet acompaña su estudio con una valiosa documentación gráfica que incluye no sólo fotografías de Luisa Martínez Casado, sus familiares y otros contemporáneos suyos, sino también imágenes de los teatros donde se presentó, autógrafos, cartas manuscritas y páginas de revistas. No hay que ser adivino para saber que detrás de este libro hay largas horas de lecturas, pesquisas y viajes para componer un exigente rompecabezas con piezas dispersas y difíciles de localizar. Tanto tesón merece nuestro agradecimiento. Más que una documentada e inteligente biografía de una actriz, Luisa Martínez Casado en el paraíso es un esfuerzo mayúsculo por continuar desbrozando la “selva oscura” en que aún están inmersos significativos personajes y momentos de la historia del teatro cubano.

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