Tuesday, January 20, 2009

Estreno de las Lecturas del ICRA.

















Fotos: Yvonne López Arenal,
Oswaldo Córdova y Orlando Varona.


Las vidas del gato abre la temporada de lecturas del ICRA.

Olga Connor.
Nuevo Herald.
Enero 20 2009.

Una verdadera puesta en escena resultó la lectura que el Instituto Cultural René Ariza, ICRA, realizó de la obra de Pedro Monge Rafuls Las vidas del gato. Dirigida por Eddy Díaz Souza, fue leída por Yvonne López Arenal, en el papel de Adelina, Orlando Varona, en el de Marcos, Oswaldo Córdova, en el de Cheo, y Carlos Pittella, en el de locutor. Se celebró en Teatro en Miami Studio (2500 SW Calle Ocho, segundo piso), que servirá de escenario a estas puestas de los terceros jueves los tres primeros meses de la temporada, con el apoyo de Ernesto García en la iluminación y Sandra García en la organización. Luis de la Paz le dio inicio a la sesión, explicando el objetivo de estas lecturas, no solamente para dar a conocer las obras, sino en la esperanza de que luego se escenifiquen.

Monge Rafuls, de extensa bibliografía teatral, recibió el premio del ICRA el pasado diciembre, por su labor como dramaturgo y promotor cultural, fundador del Ollantay Center for the Arts, editor de la publicación Ollantay Theater Magazine y autor de las obras Noche de ronda, Nadie se va del todo, Una cordial discrepancia y Otra historia, entre otras. En esta pieza leída ahora en Miami prevalece un ambiente de miedo y angustia, en una casa de familia en el central cubano Zaza, donde no sólo se ha ausentado el hijo mayor José Luis, también se ha perdido su gato Bebo. Es el ''período especial'' en la isla, de gran crisis económica, alrededor del año 93-94, y todos los días salen balsas precarias con personas que huyen de la represión y la miseria. Los padres escuchan clandestinamente Radio Martí, para enterarse si su hijo se ha ido en una balsa. La ansiedad recrudece la tensión y las peleas entre la pareja: las sospechas del padre, sus celos por un amor antiguo de su mujer, las recriminaciones de ella, que lo acusa de borracho y lo culpa de los apartamientos de sus otros dos hijos y nietos. Los actores nos tuvieron en vilo todo el tiempo que duró la obra. La falta de paz en ese hogar fue trasmitida al público de manera total. El gato representa las posibilidades de supervivencia, por su fama de siete vidas. Inútilmente Adelina lo llama para que coma, sin éxito. Sólo en el clímax de la obra se deja ver alguna esperanza, cuando irónicamente la pareja se niega a mirar la realidad. Un buen comienzo de año para el ICRA que se ha propuesto llevar a cabo sus metas y lo está consiguiendo.

2 comments:

Unknown said...

Yvonne
Felicidades por la lectura
estamos en la proxima
Saludos
Bernardo

ICRA said...

Gracias Bernardo, me alegrará verte.
Cariños de nuestra parte. Yvonne