Thursday, May 29, 2008

Estreno Mundial de una pieza teatral.


El reloj dodecafónico: amor, egoísmo y muerte
SARAH MORENO - El Nuevo Herald.

Carlos Bueno, Sandra García, Ivette Kellems, Anniamary Martínez y Christian Ocón.

Cuando mañana a las 8:30 de la noche se levante el telón de El reloj dodecafónico, éste será el cuarto estreno de la compañía Teatro en Miami Studio desde la inauguración, el 13 de julio del año pasado, de la sala que ocupan en la Calle Ocho. Con múltiples escaleras, que llevan al escenario, al baño y a todos los puntos útiles y posibles, el espacio de este pequeño teatro puede pensarse como esos grabados de Piranesi, en que el arquitecto veneciano convierte una maraña de escaleras en metáfora del laberinto de la vida.

''El reloj está en todas mis obras'', dice Ernesto García, director del grupo y autor de Elreloj dodecafónico, a cargo también de su puesta en escena. ``Debe ser por el temor que siento a no poder hacer todo lo que quiero. Una de las cosas que me interesa del teatro es que puedo hacer muchas de esas cosas. Pinto la escenografía, hago las luces, creo un cuadro en tercera dimensión... Por eso mis obras son muy plásticas'', añade García, que también escribe música original para cada pieza.

Formado en el grupo habanero Teatro Estudio, García creó Teatro en Miami Studio, junto a su esposa, la experimentada actriz Sandra García, buscando montar obras que ``tengan un presupuesto estético que le complazca como creador y espectador y que lleguen más allá del mero entretenimiento''.

Apoyado por actores jóvenes, que elige en los talleres que imparte, desde julio pasado, el grupo ha presentado 18 títulos, lecturas dramatizadas, conferencias y ha tenido invitadas a tres compañías españolas.

''Tenemos una visión común desde el punto de vista artístico'', dice García, refiriéndose a los actores noveles que lo acompañan. ''Los encuentro menos viciados. Tienen una visión más de juego; no ven sólo el teatro como una representación'', añade el director, que prefiere la polisemia del término en inglés: ``Representar es a la vez jugar''.

La fugacidad del tiempo y la tortura de las horas muertas que conducen al momento final es uno de los temas que recurren en El reloj dodecafónico. La obra abarca las 12 horas que preceden al cumpleaños 65 de una diva del teatro. Pero la carrera de la actriz no es el centro de la historia. Una maternidad indeseada que, en algún punto, le cambia la vida le confiere una identidad más importante. Por eso, el personaje, representado por Sandra García, es llamado Madre. El Hijo, un inválido que hace 20 años no abandona la casa por temor a enfrentarse a las burlas, es también un escritor famoso, que escribe memorables páginas para la Puta, la mujer a quien la madre paga para que sostenga relaciones con él.

''La obra trata el conflicto entre el amor, y lo que creo es su contrario, el egoísmo'', adelanta Ernesto, quien ubica la acción en una habitación de la casa de la Madre y en un tiempo indeterminado. ``No me gusta enmarcarlo en una época o nación porque el público escogería una sola lectura''.

Las drogas que se insinúa consume la diva y que le permiten conectarse con una realidad alternativa establecen un tono fantasioso para la obra. ''El día que todos los humanos cumplen 65 años vienen tres entidades que te quitan el alma. Tus proyectos se acaban, la vida se vuelve contemplativa porque sólo se espera la muerte'', dice Ernesto.

Aunque nunca se mencionan por sus nombres, estas tres entidades podrían asemejarse a las Parcas. 'Ellas cantan una canción que dice: `Hilar, medir y cortar', cuenta Ernesto, que sugiere que las tres entidades, representadas por Anniamary Martínez, Ivette Kellems y Christian Ocón, podrían dar un respiro al público de la intensidad dramática.

Un triángulo amoroso entre la Madre, el Hijo y la Puta, y un secreto que sólo conoce esta última mantiene la atención del espectador, que por otra parte se enfrenta al diálogo poético y para algunos complicado que caracteriza el trabajo de Ernesto.

``Cuando escribo trato de que sean los personajes los que hablen. Muchos dicen cosas con las que estoy en desacuerdo. Hay escenas muy fuertes entre La Madre y El Hijo que, para mí, que soy hijo, son muy difíciles de imaginar''.

El escritor y director insiste en que la palabra no es el único medio de comunicación. El diseño de vestuario, el maquillaje y el peinado describen al personaje. La Puta, interpretada por Marcia Stadler, va vestida de rojo y lleva unas trenzas. ``Hay un juego con las trenzas; la Puta es una actriz frustrada que, para parecerse a la Madre --quien tiene unas trenzas muy largas-- se deja crecer las suyas, pero sólo le llegan al hombro''.

El Hijo, representado por Carlos Bueno o Javier Cruz, toma las riendas de su destino y comete un acto que divide las opiniones. Esa confrontación de ideas enriquece un teatro que se nutre de las energías del público y de los actores. •

La obra se presentará viernes y sábados a las 8:30 p.m. en Teatro en Miami Studio, en 2500 SW 8 St. (2do piso). (305) 551-7473. Desde el 30 de Mayo – Viernes y Sábados – 8:30 pm

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