CORTE FULMINANTE.
Por Jesús Hernández - Diario Las Américas
Ahorrar, evitar gastos innecesarios y sobre todo utilizar bien los fondos públicos son obligaciones que siempre debimos haber cumplido. Atrás quedó la danza de los millones y el corte al presupuesto público parece ser la solución inmediata. Corte que tiene al arte en el centro de una tormenta que cubre a Miami Dade y nadie sabe todavía qué hacer con ella.
“Hay problemas, pero cuando los problemas se reparten entre todos por igual, el dolor es menor”. Así contestaba Rebeca Sosa, comisionada del Condado Miami Dade, a nuestra pregunta sobre la propuesta del alcalde Carlos Álvarez de eliminar 11.168 millones de dólares al fondo de las artes; mientras Audrey M. Edmonson, también comisionada, argumentaba “nuestros mayores y nuestros niños forman el sector más vulnerable, por lo que tienen preferencia”. Dos posiciones encontradas que decidirán el voto de los 13 concejales los días 3 y 17 de septiembre. Dinero que nutre a unos 400 proyectos u organizaciones artísticas que llevan las riendas de la cultura en Miami Dade.
“Sería un golpe demasiado fuerte”, comentaba Pedro Pablo Peña, director de Creation Art Center y Cuban Classical Ballet of Miami, así como del festival internacional de ballet. “Sería un golpe demasiado fuerte, sobre todo cuando el presupuesto de las artes es de por sí ya bajo”.
Un corte fulminante que prácticamente borraría el departamento de asuntos culturales del Condado. Comenzando con la eliminación de 10 puestos de una plantilla de 26, que atiende las solicitudes de subvenciones y otros asuntos. Grandes instituciones culturales y festivales de prestigio, así como proyectos alegóricos para la educación y otras iniciativas serían seriamente perjudicadas e incluso eliminadas. Por ejemplo, “El festival de teatro hispano se convertiría en una muestra internacional, dejaría de ser un festival”, afirmaba Mario Ernesto Sánchez, director del festival y el grupo Teatro Avante.
Inclusive el Miami Art Museum teme la debacle, así lo asegura su directiva en un comunicado oficial. El museo perdería fondos de vital importancia que repercutirían en su programa de exposiciones y proyectos educacionales.
Entre los perjudicados hay quienes optan por la crítica comparativa con otras ciudades del país e incluso apuestan por el peligroso proteccionismo gubernamental, pero también hay quienes miran la situación desde una perspectiva más realista.
“Un corte presupuestal es siempre desventajoso para la cultura. Crea un efecto dominó que termina por borrar del mapa a muchos proyectos”, comentaba Ernesto García, director artístico del grupo Teatro en Miami Studio, “pero nosotros nunca basamos nuestro trabajo en fondos públicos. Creemos en la participación de los espectadores y en una manera eficaz de maximizar nuestros recursos”.
Mientras tanto, Mario Ernesto, que ha llevado las riendas del festival de teatro por 24 años; agregaba, “entiendo la necesidad de equilibrar el presupuesto del Condado y que los servicios básicos a niños, ancianos y necesitados no pueden eliminarse. Pero tampoco podemos eliminar un fondo que genera ganancias para el Condado”.
De hecho, un estudio presentado por el Miami Dade County Cultural Affairs Council, que dirige Michael Spring, revela que la oferta cultural genera unos 922 millones de dólares al año. Dinero que alimenta a la economía del Gran Miami, provee más de 22,000 empleos y produce unos 100 millones de dólares en concepto de impuesto estatal y municipal.
Entonces, si el arte es productivo, además de saludable porque estimula el estado anímico, la productividad y el nivel de vida; ¿Por qué matarlo?
Primero, hay que tener en cuenta lo que el alcalde condal plantea. Que los comisionados no se pusieron de acuerdo sobre el amillaramiento a la propiedad, ante la ley estatal que limita el mencionado impuesto; y que hay un déficit de 427 millones de dólares por cubrir.
No obstante, el déficit es asimismo cuestionado por quienes no ven con buenos ojos el derroche de dinero debido a la demora injustificada de ciertas construcciones o el gasto desmedido del gobierno condal en concepto de salarios. Por ejemplo, los ya célebres proyectos del aeropuerto o la plantilla de 16 asistentes adjudicada al administrador George Burguess, que el Alcalde asegura son 9; y cuyos salarios superan los 200 mil al año.
“Reducir un 20% a quienes ganen más de 150 mil, solamente ahorraría 4 ó 5 millones”, comentaba el alcalde a Diario Las Américas las semana pasada. Sin embargo, muchos piensan que serían 4 ó 5 millones que ayudarían a sembrar la confianza en la población e incluso aliviar el corte en algún proyecto público de necesidad.
Además de comentarios, ¿Alguna sugerencia para afrontar esta situación? Sugerencias que pueden tener lugar si el gremio cultural convocara a su aprobación por medio de la firma primero y el voto popular después.
“De la misma manera que el Condado busca fondos para construir un estadio de pelota espectacular y un túnel por debajo del mar, que busquen fondos para las artes”, decía Pedro Pablo Peña, que recibe aproximadamente 40 mil dólares para subvencionar un festival que asegura cuesta 200 mil y tiene que cubrir con donaciones públicas o privadas, así como la recaudación en taquilla. Festival que genera empleo y ganancias para teatro, hoteles y restaurantes, además de contribuir a colocar al Gran Miami en el mapa de la cultura internacional.
Mario Ernesto optaba por un tono más reconciliador. “Que hagan un ajuste equitativo. Mejor que adjudiquen un fondo fijo para no tener que llorar todos los años”. Situación íntimamente ligada a la falta de una secretaría federal de cultura. El añorado ministerio de cultura que nos falta.
“Me gustaría pensar que los políticos y los administradores están más informados que yo de este asunto. Que sus decisiones están basadas en la inteligencia”, comentaba Ernesto García, para luego plantear una interrogante práctica y sencilla: “¿Cuántos centavos de un dólar de la cultura termina en la cultura y cuánto queda atrapado en la maquinaria burocrática? Si la respuesta no es 99 % para los proyectos artísticos, algo anda mal”.
Por Jesús Hernández - Diario Las Américas
Ahorrar, evitar gastos innecesarios y sobre todo utilizar bien los fondos públicos son obligaciones que siempre debimos haber cumplido. Atrás quedó la danza de los millones y el corte al presupuesto público parece ser la solución inmediata. Corte que tiene al arte en el centro de una tormenta que cubre a Miami Dade y nadie sabe todavía qué hacer con ella.
“Hay problemas, pero cuando los problemas se reparten entre todos por igual, el dolor es menor”. Así contestaba Rebeca Sosa, comisionada del Condado Miami Dade, a nuestra pregunta sobre la propuesta del alcalde Carlos Álvarez de eliminar 11.168 millones de dólares al fondo de las artes; mientras Audrey M. Edmonson, también comisionada, argumentaba “nuestros mayores y nuestros niños forman el sector más vulnerable, por lo que tienen preferencia”. Dos posiciones encontradas que decidirán el voto de los 13 concejales los días 3 y 17 de septiembre. Dinero que nutre a unos 400 proyectos u organizaciones artísticas que llevan las riendas de la cultura en Miami Dade.
“Sería un golpe demasiado fuerte”, comentaba Pedro Pablo Peña, director de Creation Art Center y Cuban Classical Ballet of Miami, así como del festival internacional de ballet. “Sería un golpe demasiado fuerte, sobre todo cuando el presupuesto de las artes es de por sí ya bajo”.
Un corte fulminante que prácticamente borraría el departamento de asuntos culturales del Condado. Comenzando con la eliminación de 10 puestos de una plantilla de 26, que atiende las solicitudes de subvenciones y otros asuntos. Grandes instituciones culturales y festivales de prestigio, así como proyectos alegóricos para la educación y otras iniciativas serían seriamente perjudicadas e incluso eliminadas. Por ejemplo, “El festival de teatro hispano se convertiría en una muestra internacional, dejaría de ser un festival”, afirmaba Mario Ernesto Sánchez, director del festival y el grupo Teatro Avante.
Inclusive el Miami Art Museum teme la debacle, así lo asegura su directiva en un comunicado oficial. El museo perdería fondos de vital importancia que repercutirían en su programa de exposiciones y proyectos educacionales.
Entre los perjudicados hay quienes optan por la crítica comparativa con otras ciudades del país e incluso apuestan por el peligroso proteccionismo gubernamental, pero también hay quienes miran la situación desde una perspectiva más realista.
“Un corte presupuestal es siempre desventajoso para la cultura. Crea un efecto dominó que termina por borrar del mapa a muchos proyectos”, comentaba Ernesto García, director artístico del grupo Teatro en Miami Studio, “pero nosotros nunca basamos nuestro trabajo en fondos públicos. Creemos en la participación de los espectadores y en una manera eficaz de maximizar nuestros recursos”.
Mientras tanto, Mario Ernesto, que ha llevado las riendas del festival de teatro por 24 años; agregaba, “entiendo la necesidad de equilibrar el presupuesto del Condado y que los servicios básicos a niños, ancianos y necesitados no pueden eliminarse. Pero tampoco podemos eliminar un fondo que genera ganancias para el Condado”.
De hecho, un estudio presentado por el Miami Dade County Cultural Affairs Council, que dirige Michael Spring, revela que la oferta cultural genera unos 922 millones de dólares al año. Dinero que alimenta a la economía del Gran Miami, provee más de 22,000 empleos y produce unos 100 millones de dólares en concepto de impuesto estatal y municipal.
Entonces, si el arte es productivo, además de saludable porque estimula el estado anímico, la productividad y el nivel de vida; ¿Por qué matarlo?
Primero, hay que tener en cuenta lo que el alcalde condal plantea. Que los comisionados no se pusieron de acuerdo sobre el amillaramiento a la propiedad, ante la ley estatal que limita el mencionado impuesto; y que hay un déficit de 427 millones de dólares por cubrir.
No obstante, el déficit es asimismo cuestionado por quienes no ven con buenos ojos el derroche de dinero debido a la demora injustificada de ciertas construcciones o el gasto desmedido del gobierno condal en concepto de salarios. Por ejemplo, los ya célebres proyectos del aeropuerto o la plantilla de 16 asistentes adjudicada al administrador George Burguess, que el Alcalde asegura son 9; y cuyos salarios superan los 200 mil al año.
“Reducir un 20% a quienes ganen más de 150 mil, solamente ahorraría 4 ó 5 millones”, comentaba el alcalde a Diario Las Américas las semana pasada. Sin embargo, muchos piensan que serían 4 ó 5 millones que ayudarían a sembrar la confianza en la población e incluso aliviar el corte en algún proyecto público de necesidad.
Además de comentarios, ¿Alguna sugerencia para afrontar esta situación? Sugerencias que pueden tener lugar si el gremio cultural convocara a su aprobación por medio de la firma primero y el voto popular después.
“De la misma manera que el Condado busca fondos para construir un estadio de pelota espectacular y un túnel por debajo del mar, que busquen fondos para las artes”, decía Pedro Pablo Peña, que recibe aproximadamente 40 mil dólares para subvencionar un festival que asegura cuesta 200 mil y tiene que cubrir con donaciones públicas o privadas, así como la recaudación en taquilla. Festival que genera empleo y ganancias para teatro, hoteles y restaurantes, además de contribuir a colocar al Gran Miami en el mapa de la cultura internacional.
Mario Ernesto optaba por un tono más reconciliador. “Que hagan un ajuste equitativo. Mejor que adjudiquen un fondo fijo para no tener que llorar todos los años”. Situación íntimamente ligada a la falta de una secretaría federal de cultura. El añorado ministerio de cultura que nos falta.
“Me gustaría pensar que los políticos y los administradores están más informados que yo de este asunto. Que sus decisiones están basadas en la inteligencia”, comentaba Ernesto García, para luego plantear una interrogante práctica y sencilla: “¿Cuántos centavos de un dólar de la cultura termina en la cultura y cuánto queda atrapado en la maquinaria burocrática? Si la respuesta no es 99 % para los proyectos artísticos, algo anda mal”.
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