Monday, July 9, 2012

Con ‘Bernarda’, Juan Roca venció un nuevo reto

Foto: Wikimedia.

Con ‘Bernarda’, Juan Roca venció un nuevo reto

Por Elvira de las Casas.

Hacer una versión de una obra universalmente conocida es sumamente arriesgado, y reponer esa versión, después de haber ganado reconocimiento y varios galardones en el mundo teatral, es, sin duda, un arma de doble filo. Algunos pensarán que es un triunfo garantizado, algo así como “ir al seguro”, sin temor a fallar, pero al mismo tiempo el director se enfrenta a la necesidad de superar el éxito alcanzado previamente, ofreciendo algo nuevo al espectador que no lo deje con la sensación de repetir lo que ya ha visto antes.

Pues bien, Juan Roca, el director de Havanafama, ha salido airoso de este reto al llevar a escena nuevamente la obra Bernarda, su laureada versión del drama La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca. Y mucho lo ayudó en este empeño el disponer de Roca Studio, un nuevo espacio aledaño a la mencionada sala que acaba de abrir sus puertas, y que resulta idóneo para la presentación de proyectos arriesgados como éste.

El resultado ha sido una puesta en escena novedosa y atrevida, en la que a los personajes femeninos interpretados por hombres se suman elementos de la técnica teatral japonesa conocida como kabuki. Los movimientos danzarios y el maquillaje recargado refuerzan el ambiente dramático de la pieza, que comienza y finaliza con escenas de gran belleza plástica.

La estatura de los actores, reforzada por los altos tocados y los trajes negros, resulta imponente, tanto como la escenografía compuesta de paredes negras con altas rejas, un claro reflejo del encierro físico y emocional que padecen las hijas de Bernarda, todas obligadas a reprimir su sexualidad en nombre de la moral y las buenas costumbres, como era habitual a principios del siglo pasado en España. Dicha escenografía, complementada con la luz de las velas y la excelente selección musical que le sirve de fondo, hacen de esta representación un espectáculo memorable.

En cuanto a las actuaciones de Roberto Antínoo, Isaniel Rojas, Paut William, Fernando Vieira, George Riverón, César Mite, José Gregorio Parra, José Bordas y Ernesto Jam, es impresionante ver cómo logran mantenerse a un mismo nivel, sin desbalances propios de las puestas en las que intervienen más de dos o tres actores. La interacción que muestran en escena es tan coordinada como una coreografía bien ensayada, lo que pone de relieve no solo su capacidad histriónica, sino, sobre todo, el magnífico trabajo de dirección.

No quiero revelar detalles del hermoso final de la obra, para no disgustar a los que aún no la han visto. Todavía pueden ver Bernarda en Roca Studio, al lado de Havanafama, los viernes a las 8 de la noche y los domingos a las 6 de la tarde. Les prometo un rato delicioso con esta pieza del teatro lorquiano, remozado y adaptado la modernidad del siglo 21, y les aseguro que apenas desviarán la vista de los actores, hasta que Bernarda pronuncie la frase que anuncia el desenlace del drama: “¡Mi hija ha muerto virgen! Llevadla a su cuarto y vestidla como si fuera doncella”.

Elvira de las Casas

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