El Nuevo Herald l 04/25/2012.
¿Cómo retratar a una mamá con palabras?
“Esta noche en Delio’s”, en el estudio de
Delio Regueral, fue la escena en la que Luis de la Paz nos dio una
prueba dramática de esa respuesta, con su monólogo Feliz cumpleaños, mamá.
Bajo la dirección de Christian Ocón, la actriz Orquídea Gil fue
formidable en su representación simbólica y humorística de las mamás y
abuelas cubanas de la tercera edad exiliadas en Miami.
La señora en bata de casa, apoltronada y
mirando la consabida telenovela, con el aparatito de escuchar el
teléfono celular en el oído, está atenta a las llamadas que la mantienen
viva y vigente. Aunque hace esperar a su interlocutora cuando se
presenta alguna situación apasionada en el televisor. Le cuenta lo que
sucede en la telenovela, como si ésos fueran personajes normales de la
vida, lo que da una perspectiva ilusionista: ella y la hija parecen más
reales. Es un truco muy bien plantado de su autor.
Como es su cumpleaños, esta mamá le
cuenta a la hija Carmela sobre los regalos, como el perfume de La Niña,
una señal anticipada de que vamos a escuchar sus memorias; un iPad,
regalo del hijo Paco, que muestra su deseo de una relación con el futuro
que quisiera mantener, aunque ya esté acercándose a los 80. También
desea un GPS, aunque no sabe conducir, pero puede interpretarle al
chofer, dice, hasta que se entera de que el aparatito “habla”, y en
español también.
La telenovela es un leit motif de la obra. Ella no suelta el control remoto de las manos. “¿No estás viendo El gran engaño?”,
le pregunta la madre a la hija, y comentando sobre el posible
restaurante donde le celebrarán su fiesta, habla de su dieta, cuando se
sabe obesa. No quiere batas de casa de regalo, pero viste una. Es la
incongruencia de lo que habla y lo que se detecta, por el significativo
texto y la excelente interpretación de Orquídea Gil.
Un secreto aparece tejido en la trama
humorística, por el que le pregunta la hija, al enterarse de que su
madre le tenía miedo a su padre. Es como una obsesión que la persigue
recordando un matrimonio que fue aciago. Hay sugerencias de lo que puede
ser ese secreto, pero quizás el autor podría darle más peso, con un
tono más irónico o más humorístico, porque en la actualidad esa pena es
ya anacrónica. De la Paz explicó que partes del monólogo están
inspirados en su mamá, ya fallecida, y partes son pura literatura.
El uso del teléfono y el sonido del
televisor son muy apropiados para darle naturalidad y espontaneidad al
desarrollo de la acción. Cuando ésta terminó, yo aún esperaba más, el
personaje me cautivó. Rodolfo Martínez Sotomayor presentó al autor y a
la actriz, y moderó el debate posterior.
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