Wednesday, March 28, 2012

DIA INTERNACIONAL DEL TEATRO, 2012

Foto: Maggie Quiqutis. Matías Montes Huidobro leyendo el mensaje del Día Internacional del Teatro en Akuara Teatro.

Matías Montes Huidobro

DIA INTERNACIONAL DEL TEATRO, 2012

Palabras pronunciadas el Día Internacional del Teatro el 27 de marzo del 2012 en Akuara Teatro

La importancia concreta del Día Internacional del Teatro reside en la celebración colectiva e intangible en torno a una actividad artística permanentemente en crisis y que, sin embargo, ha subsistido prácticamente desde el momento mismo de la creación el mundo por haber captado la dificultades inmediatas y últimas del diario vivir, gracias a trapecistas de altos vuelos que lo hacen realidad. Como si fuera un arropamiento sartorial en una caverna platónica y platónica, el Día Internacional del Teatro es una celebración religiosa, un acto ritual, una afirmación del teatro como espacio unificador, concreto y cósmico, en la que todos tenemos un momento de confluencia escénica, en el cual todos somos copartícipes. Pero el teatro existe más allá de los límites de la creación del dramaturgo y el logro final del espectáculo. El teatro es en nuestro quehacer diario, empezando en el monólogo interior de las voces que nos hablan en el sueño y después en el extraño interludio de la acción interna de nuestro cerebro cuando nos despertamos. Hacemos teatro desde que nos vestimos diariamente para entrar en escena, ya antes del desayuno, seleccionamos el vestuario de la representación cotidiana, que cambiamos a lo largo del día de una escena a la otra, entrando en espacios escenográficos de movimiento cambiante, del más crudo realismo a la más fantásticas transformaciones, sin limitaciones de presupuesto, de la realidad a la fantasía, alternando máscaras de acuerdo con las circunstancia, en un vértigo conflictivo que nos lleva a las constante de las transiciones, de las variaciones de tono de acuerdo con los personajes que hacen sus entradas y salidas, de la convivencia al rechazo, de la intriga a la pasión, del amor al odio y del odio al amor, en ese largo proceso de una acción dramática que se inicia cuando tiene lugar nuestro parto en el cosmos y que aparentemente termina cuando cae el telón y salimos de escena. El teatro es todo eso, encapsulado finalmente en el espacio concreto de un escenario como este en el cual nos encontramos en este momento, de forma unificadora, más allá de todas las divisiones de ideologías y fronteras, y que queda sintetizado en esta misa teatral que celebramos a nivel mundial, en todas partes, más allá de las diferencias. Su significado trasciendo el momento tal vez efímero de una representación, de un péndulo teatral, que a pesar de todas las crisis, de todas las inseguridades, va y viene de la creación del dramaturgo a la puesta en escena, en el transcurso de los siglos. El teatro no hace más que encapsular en un montaje el drama de todos y cada uno de nosotros. El teatro es un credo y una misa y es por eso que lo celebramos.

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