Luisa Martínez Casado en el paraíso de Rosa Ileana Boudet en Lanzar La flecha bien lejos.
Luisa Martínez Casado en el paraíso es mi acercamiento biográfico a la vida de la actriz nacida en Cienfuegos desde que muy niña interpreta las obras de su padre, triunfa a los nueve años, alterna con Eloísa Agüero, trabaja con Paulino Delgado y se va a España a estudiar en 1878. ¿Cómo llega a Echegaray que le escribe un personaje sin haberla visto actuar? ¿Cómo se desarrolla su vida en la península y cómo algunos que la vieron la comparan con Sarah Bernhardt? ¿Cómo se podría imaginar su interpretación? ¿Y en México? Sería largo y detallado contarles los pormenores del libro que empieza con un capítulo dedicado a Luisita y termina con su " Último acto". Estamos en 1925 y Luisa se ha retirado de la vida pública, sin embargo en 1918 ve actuar a Mimi Aguglia y le escribe a su hijo César, entusiasmada por la interpretación que ha acabado de presenciar en el Payret. Creo que he encontrado detalles de la vida de Luisa no muy conocidos o apenas tratados en el esbozo biográfico de monseñor Martínez Dalmau. Y aunque me encantaría llenar todos los vacíos, contestarme todas las preguntas, visitar todos los puertos a los que ella llegó en el siglo XIX y los escenarios de tantos países de América y el Caribe, aquí está Luisa, de cuerpo entero, con su consagración al arte y a la interpretación en sus viajes y en sus periplos, en sus momentos cumbres y en sus quebrantos y , sobre todo, en fotografías desconocidas, lo más cercano a verla sobre el escenario y en los juicios, entre otros, del Conde Kostia, Julián del Casal, Olavarría y Ferrari y Gutiérrez Nájera.
Una futura edición -que se hará alguna vez con todas las de la ley- y con la que sueño por las noches, revelará los sepias intensos de las fotografías que la descubren, como recuerda Federico Villoch, "con su voz lenta y cantarina de cubana indolente y lánguida". 280 páginas, fotografías y extensas notas bibliográficas.
Entre todas las personas e instituciones que me han ayudado a terminarlo y están identificadas en el libro, quiero mencionar a dos jóvenes investigadoras del Centro de Investigación y Sala de Historia Yolanda Perdiguer del Teatro Terry de Cienfuegos, Rebeca Román Capdevila y Lisley Peña Benavides, quienes me han proporcionado materiales muy valiosos y únicos así como al director del Teatro Terry, de Cienfuegos, Miguel Cañellas Sueira por su entusiasmo y apoyo. Sentada en el Terry, en noviembre de 2009, con su escenario levemente inclinado, era fácil imaginar a Luisa como en la portada, en Adriana Lecouvreur.
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