UNA COSTUMBRE COMUNISTA QUE HA PERDURADO
Recuerdo que cuando empecé a asistir al teatro en Cuba, el público aplaudía al final de la representación, y los artistas agradecían los aplausos inclinando la cabeza o con una reverencia. Pero cuando las ideas comunistas comenzaron a influir en las costumbres del país, los actores decidieron aplaudir a la par que los espectadores, fingiendo una hipócrita humildad proletaria, como para rebajar todo protagonismo, fundir sus egos con los del colectivo (otra palabrita adoptada), y repudiar de esa manera el «estrellato» que la antigua sociedad capitalista confería a los artistas.
Lo curioso y lamentable es que en Miami se mantenga esa ridícula costumbre, que sólo por el infausto recuerdo de una época nefanda debería abolirse.
Juan Cueto-Roig
COMENTARIOS.
Muy buena tu observación. Creo que los artistas, ya sean actores o cantantes no deben unirse a los aplausos del público. Me luce muy poco profesional.
Cariños,
Quizás si el contenido de tu mensaje se hiciera público los actores se darían cuenta que están cometiendo un error que fuera de Cuba es verdaderamente ridículo.
Yara Montes, escritora
Sí, estoy completamente de acuerdo. Esta ridícula costumbre siempre me ha molestado y en "La Madre y la Guillotina" hago una alusión a la misma cuando Ileana le dice a Silvia: "¡Salude a ese público que la admira! ¡Así, ligeramente, como yo hago! Pero usted preferirá el estilo socialista, naturalmente. ¡Aplauda! ¡No tenga pena! ¡Aplauda!"
Sí, eso es una picuencia marxista. Me imagino que aquellos que se criaron en ese contexto teatral, lo vean como algo natural. Sin contar que es la gran estupidez. ¿Aplaudir a quien lo está aplaudiendo a uno? No tiene el menor sentido.
Matías Montes Huidobro, dramaturgo
A mí tampoco me gustó nunca eso, aunque tuve que hacerlo alguna vez.
Daniel García, actor
No comments:
Post a Comment