Nueva York, 18 de Julio, 2009
FESTIVAL DE TEATRO EN UN ACTO DEL TEATRO RETABLO.
CINCO PIEZAS Y DOS RESEÑAS Por Carlos Navedo
Hace unas semanas aisitimos al Festival de Teatro en un Acto, que el Grupo Teatral Retablo, ofreció en el "Times Square Arts Center". Esta muestra contó con 5 piezas, de las cuales reseñaremos dos, y todo se debe a falta de espacio y un poco de tiempo, las otras tres serán reseñadas en posterior fecha. Damos comienzo con "La noche de Eva", de Yvonne López Arenal, dirigida y actuada por su autora, la cuál resulta una ardua tarea para un artísta llevando tres diferentes y difíciles responsabilidades.
Esta obra nada fácil en su montaje nos envuelve y conduce al tranportarnos a un mundo de fantasía y erotísmo. "La noche de Eva", fue presentada por el grupo teatral miamense "Instituto Cultural René Ariza", y es el encuentro imaginario, ¿La antesala del infierno?, de dos mujeres muy diferentes e intensas, pero que vivieron en una misma época con dos hombres genios: Simone De Beauvoir, escritora, musa y amante eterna de Jean-Paul Sastre, y Eva Fréjaville, esposa por un mes del itinernte escritor Alejo Carpentier, amante del pintor Carlos Enríquez e incondicional amiga del también escritor Virgilio Piñera.
Yvonne López Arenal y Miriam Bermúdez, nos ofrecen trabajos totales, de honesta comunicación con la audiencia, que plásman y precisan con veracidad en sus agresivos persoanjes. Dos verdaderos "tour de force", que en momentos nos recordó las puestas de un buen teatro griego salpicado con toques del romanticísmo clásico del siglo XIX, algo así a lo Raquel Revuelta en el primer cuento de "Lucía".
La dirección de López Arenal, mostró profesionalísmo, con un toque de tormento y femeneidad de una gran dimensión en la turbulenta vida de estas dos atormentadas mujeres.
El "Centro Cultural Cubano", nos ofreció "Cosas que encontré en el camino", monólogo de Iván Acosta, dirigido eficazmente con rítmo y excelencia por Mario Colón , y cabalmente interpretado por el primer actor uruguayo Frank Rodríguez, quién saca de una maleta vieja los objetos - el juguete de un niño que cayó en las vías del tren subterraneo, la carta de una supuesta víctima de las torres gemelas, una banderita puertorriqueña, el zapato rojo de un travesty, y una camiseta de una dama de blanco-, que ha ido encontrando en la calle a través del tiempo y que a la vez han marcado su vida, narrando el significado de estos y las anécdotas que los acompañan. Encarnado los personajes, Frank Rodríguez, logra su pinaculo de estos, al interpretar a una "Mariposa del Rosal", sincera y conmovedora, un travesti de mal vivir, que es salvado por su hermano militar minusválido. La dirección de Colón, repetimos efectiva e inteligente, con gran decoro y dignidad.
La obra de Acosta, después de innumerables éxitos en casi cuarenta años de quehaceres teatrales -El Super, Amigos, No son todos los que están, Grito 71, Recojan las serpentinas que se acabó el carnaval - a sus espaldas, nos demuestra el haber alcanzado una solidéz literaria, a más del convicente encuentro con su propio yo, una confesión escénica de sus propias vivencias, un acto de valentía de lo vivido. Solamente que recordemos, existe una similitud de este tipo, entre la obra de Acosta y la novela cumbre de Oscar Wilde, "De profundis, donde este maravilloso escritor se atrevió a autoconfesarse durante su injusto encarcelamiento. Sólo la complacencia y lo extenso de sus personajes, privan "Cosas que encontré en el camino", que su autor obtenga una universalidad total, tal vez un poco de edición lo resuelvería todo.
Repetimos, que Iván Acosta, como muchos otros, ha escogido el dificil y espinoso camino de hacer teatro en Nueva York y en español. Pero esta dificultad y el tiempo le han pulido y ayudado a alcanzar la maduréz literaria por tantos años de lucha.
El festival, también se presentaron: "El cuento de René", de Larry Villanueva, con Alexa Kuve y Larry Villanueva como protagonista masculino y director; "Soldados somos y a la guerra vamos", de Pedro Monge Rafuls, con Arturo Castro, Pablo Galarza y la dirección de Eddy Díaz Souza y "La espera", de Gloria Parrado, con David Ponce, Carlos Valencia y la dirección de Gabriel Gorcés
Esta obra nada fácil en su montaje nos envuelve y conduce al tranportarnos a un mundo de fantasía y erotísmo. "La noche de Eva", fue presentada por el grupo teatral miamense "Instituto Cultural René Ariza", y es el encuentro imaginario, ¿La antesala del infierno?, de dos mujeres muy diferentes e intensas, pero que vivieron en una misma época con dos hombres genios: Simone De Beauvoir, escritora, musa y amante eterna de Jean-Paul Sastre, y Eva Fréjaville, esposa por un mes del itinernte escritor Alejo Carpentier, amante del pintor Carlos Enríquez e incondicional amiga del también escritor Virgilio Piñera.
Yvonne López Arenal y Miriam Bermúdez, nos ofrecen trabajos totales, de honesta comunicación con la audiencia, que plásman y precisan con veracidad en sus agresivos persoanjes. Dos verdaderos "tour de force", que en momentos nos recordó las puestas de un buen teatro griego salpicado con toques del romanticísmo clásico del siglo XIX, algo así a lo Raquel Revuelta en el primer cuento de "Lucía".
La dirección de López Arenal, mostró profesionalísmo, con un toque de tormento y femeneidad de una gran dimensión en la turbulenta vida de estas dos atormentadas mujeres.
El "Centro Cultural Cubano", nos ofreció "Cosas que encontré en el camino", monólogo de Iván Acosta, dirigido eficazmente con rítmo y excelencia por Mario Colón , y cabalmente interpretado por el primer actor uruguayo Frank Rodríguez, quién saca de una maleta vieja los objetos - el juguete de un niño que cayó en las vías del tren subterraneo, la carta de una supuesta víctima de las torres gemelas, una banderita puertorriqueña, el zapato rojo de un travesty, y una camiseta de una dama de blanco-, que ha ido encontrando en la calle a través del tiempo y que a la vez han marcado su vida, narrando el significado de estos y las anécdotas que los acompañan. Encarnado los personajes, Frank Rodríguez, logra su pinaculo de estos, al interpretar a una "Mariposa del Rosal", sincera y conmovedora, un travesti de mal vivir, que es salvado por su hermano militar minusválido. La dirección de Colón, repetimos efectiva e inteligente, con gran decoro y dignidad.
La obra de Acosta, después de innumerables éxitos en casi cuarenta años de quehaceres teatrales -El Super, Amigos, No son todos los que están, Grito 71, Recojan las serpentinas que se acabó el carnaval - a sus espaldas, nos demuestra el haber alcanzado una solidéz literaria, a más del convicente encuentro con su propio yo, una confesión escénica de sus propias vivencias, un acto de valentía de lo vivido. Solamente que recordemos, existe una similitud de este tipo, entre la obra de Acosta y la novela cumbre de Oscar Wilde, "De profundis, donde este maravilloso escritor se atrevió a autoconfesarse durante su injusto encarcelamiento. Sólo la complacencia y lo extenso de sus personajes, privan "Cosas que encontré en el camino", que su autor obtenga una universalidad total, tal vez un poco de edición lo resuelvería todo.
Repetimos, que Iván Acosta, como muchos otros, ha escogido el dificil y espinoso camino de hacer teatro en Nueva York y en español. Pero esta dificultad y el tiempo le han pulido y ayudado a alcanzar la maduréz literaria por tantos años de lucha.
El festival, también se presentaron: "El cuento de René", de Larry Villanueva, con Alexa Kuve y Larry Villanueva como protagonista masculino y director; "Soldados somos y a la guerra vamos", de Pedro Monge Rafuls, con Arturo Castro, Pablo Galarza y la dirección de Eddy Díaz Souza y "La espera", de Gloria Parrado, con David Ponce, Carlos Valencia y la dirección de Gabriel Gorcés
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