Teatro.
Quijotes de la cultura.
Nuevos espacios para las artes escénicas: Teatro en Miami Studio y el Instituto Cultural René Ariza.
Por Rodolfo Martínez Sotomayor.
Publicado en Encuentro
viernes 11 de enero de 2008.
Como el vuelo alto de Juan Salvador Gaviota en la novela homónima del escritor estadounidense Richard Bach, los actores cubanos Sandra y Ernesto García han alcanzado su sueño con la unión edificadora de la buena intención y la voluntad.
Además de actriz, Sandra es profesora de actuación en el Miami Dade College; Ernesto parece un personaje del Renacimiento: músico, escenógrafo, productor, dramaturgo y coreógrafo, entre otros talentos. Junto a Sandra, ha incursionado en la cinematografía con el documental Raíces Aéreas, donde realiza un recorrido por la dramaturgia cubana del exilio con entrevistas a figuras del teatro. Documento este de vital importancia para dejar una huella testimonial sobre la labor de estos años.
Ambos han construido con tenacidad Teatro en Miami Studio, fundado en 2007. Una pequeña sala donde los alumnos de Sandra, bajo la dirección de Ernesto García, ya han puesto en escena dos obras con el grupo recién formado: una versión de Antígona, de Sófocles, con el nombre de Sangre, y Aromas de un viaje. Han creado además una importante revista de teatro en la red, Teatro en Miami (www.teatroenmiami.com), sobre el acontecer de las tablas en esta ciudad estadounidense y el mundo.
García anuncia que este 2008 se verán en su sala "obras que van desde el más oscuro texto poético y desgarradoras escenas, hasta el verso simpático, fustigador e hiriente que arrancará las carcajadas mientras despierta la inteligencia del público". Tienen programados seis estrenos, así como cursos de actuación y grupos invitados.
Sandra y Ernesto son parte de esos creadores que viven en Miami y no se han dejado vencer por la adversidad y la reducción de fondos dirigidos a la cultura. Han preferido canalizar su energía en encender una luz y no en maldecir las tinieblas.
Buenos propósitos
Otro grupo de creadores radicados en Miami, que incluye fotógrafos, dramaturgos, escritores y actores, han dado vida al Instituto Cultural René Ariza (ICRA), organización que no dispone de fondos gubernamentales. Surgió con el propósito de salvaguardar el legado de la dramaturgia cubana en el exilio, lo que se ha logrado con el aporte de sus colaboradores. Comenzaron en el año 2006, con una serie de lecturas dramatizadas en las que han participado actores locales, y escogieron en sus inicios a dramaturgos cubanos residentes en Miami: José Abreu Felippe, Maricel Mayor Marsán, Ivonne López Arenal, Jorge Trigoura, Julio Matas y Matías Montes Huidobro.
Las primeras lecturas contaron con el respaldo de un público ávido de espacios alternativos. El segundo ciclo de lecturas de 2007 incluyó a autores cubanos residentes en otras ciudades de Estados Unidos. Se escogieron piezas de Orlando Rossardi, Héctor Santiago, Luis Santeiro, Raúl de Cárdenas, René Ariza, y la obra Los siervos, de Virgilio Piñera. También se presentó el excelente documental Retrato inconcluso de René Ariza, de Rubén Lavernia.
Un aspecto interesante de este segundo ciclo de lecturas, es que resultaron pequeños experimentos de puestas en escena. El local utilizado fue el Teatro Havanafama, sala del grupo teatral del mismo nombre, que su director, Juan Roca, ha podido mantener con una tenacidad y un amor a las tablas a prueba de adversidades.
Abundan los homenajes póstumos, pero de mayor importancia es el tributo a las figuras cuando aún están entre nosotros. Un aporte del ICRA ha sido la creación de un premio para homenajear a los artistas exiliados cubanos que han hecho una contribución valiosa al teatro. El premio René Ariza ha sido entregado a los prestigiosos teatristas José A. Escarpenter, Matías Montes Huidobro, Julio Matas, y a la actriz Nena Acevedo. La premiación fue en el Cuban Heritage Collection, de la Universidad de Miami, con el apoyo de sus directoras, Esperanza de Varona y Lesbia Orta Varona.
Los planes del ICRA son extender su panorama. Como debe ser en estos casos, los buenos propósitos se unen en el arte. Teatro en Miami Studio, en la calle 8 y la 25 Avenida, es sede del nuevo período de lectura que se inicia este 17 de enero, con No me pongan flores, de Rita Martin. En los siguientes meses se dramatizarán obras de José Corrales, Marcos Miranda, Leopoldo Hernández, José Triana y Carlos Felipe.
En cada ciudad, están los que condenan desde el silencio o la apatía cierto vacío cultural o las dificultades para abrir nuevos espacios. También los que no se cruzan de brazos, ni se arrinconan en el lamento, como quijotes de la cultura que se esfuerzan por cambiar la realidad. A ellos se debe que la verdadera cultura en Miami crezca como la ciudad y se gane un lugar, a pesar de la ramplonería que acecha y la indiferencia que amenaza. Sandra y Ernesto García, con su Teatro en Miami Studio, y el Instituto Cultural René Ariza, forman parte de esos quijotes.
Quijotes de la cultura.
Nuevos espacios para las artes escénicas: Teatro en Miami Studio y el Instituto Cultural René Ariza.
Por Rodolfo Martínez Sotomayor.
Publicado en Encuentro
viernes 11 de enero de 2008.
Como el vuelo alto de Juan Salvador Gaviota en la novela homónima del escritor estadounidense Richard Bach, los actores cubanos Sandra y Ernesto García han alcanzado su sueño con la unión edificadora de la buena intención y la voluntad.
Además de actriz, Sandra es profesora de actuación en el Miami Dade College; Ernesto parece un personaje del Renacimiento: músico, escenógrafo, productor, dramaturgo y coreógrafo, entre otros talentos. Junto a Sandra, ha incursionado en la cinematografía con el documental Raíces Aéreas, donde realiza un recorrido por la dramaturgia cubana del exilio con entrevistas a figuras del teatro. Documento este de vital importancia para dejar una huella testimonial sobre la labor de estos años.
Ambos han construido con tenacidad Teatro en Miami Studio, fundado en 2007. Una pequeña sala donde los alumnos de Sandra, bajo la dirección de Ernesto García, ya han puesto en escena dos obras con el grupo recién formado: una versión de Antígona, de Sófocles, con el nombre de Sangre, y Aromas de un viaje. Han creado además una importante revista de teatro en la red, Teatro en Miami (www.teatroenmiami.com), sobre el acontecer de las tablas en esta ciudad estadounidense y el mundo.
García anuncia que este 2008 se verán en su sala "obras que van desde el más oscuro texto poético y desgarradoras escenas, hasta el verso simpático, fustigador e hiriente que arrancará las carcajadas mientras despierta la inteligencia del público". Tienen programados seis estrenos, así como cursos de actuación y grupos invitados.
Sandra y Ernesto son parte de esos creadores que viven en Miami y no se han dejado vencer por la adversidad y la reducción de fondos dirigidos a la cultura. Han preferido canalizar su energía en encender una luz y no en maldecir las tinieblas.
Buenos propósitos
Otro grupo de creadores radicados en Miami, que incluye fotógrafos, dramaturgos, escritores y actores, han dado vida al Instituto Cultural René Ariza (ICRA), organización que no dispone de fondos gubernamentales. Surgió con el propósito de salvaguardar el legado de la dramaturgia cubana en el exilio, lo que se ha logrado con el aporte de sus colaboradores. Comenzaron en el año 2006, con una serie de lecturas dramatizadas en las que han participado actores locales, y escogieron en sus inicios a dramaturgos cubanos residentes en Miami: José Abreu Felippe, Maricel Mayor Marsán, Ivonne López Arenal, Jorge Trigoura, Julio Matas y Matías Montes Huidobro.
Las primeras lecturas contaron con el respaldo de un público ávido de espacios alternativos. El segundo ciclo de lecturas de 2007 incluyó a autores cubanos residentes en otras ciudades de Estados Unidos. Se escogieron piezas de Orlando Rossardi, Héctor Santiago, Luis Santeiro, Raúl de Cárdenas, René Ariza, y la obra Los siervos, de Virgilio Piñera. También se presentó el excelente documental Retrato inconcluso de René Ariza, de Rubén Lavernia.
Un aspecto interesante de este segundo ciclo de lecturas, es que resultaron pequeños experimentos de puestas en escena. El local utilizado fue el Teatro Havanafama, sala del grupo teatral del mismo nombre, que su director, Juan Roca, ha podido mantener con una tenacidad y un amor a las tablas a prueba de adversidades.
Abundan los homenajes póstumos, pero de mayor importancia es el tributo a las figuras cuando aún están entre nosotros. Un aporte del ICRA ha sido la creación de un premio para homenajear a los artistas exiliados cubanos que han hecho una contribución valiosa al teatro. El premio René Ariza ha sido entregado a los prestigiosos teatristas José A. Escarpenter, Matías Montes Huidobro, Julio Matas, y a la actriz Nena Acevedo. La premiación fue en el Cuban Heritage Collection, de la Universidad de Miami, con el apoyo de sus directoras, Esperanza de Varona y Lesbia Orta Varona.
Los planes del ICRA son extender su panorama. Como debe ser en estos casos, los buenos propósitos se unen en el arte. Teatro en Miami Studio, en la calle 8 y la 25 Avenida, es sede del nuevo período de lectura que se inicia este 17 de enero, con No me pongan flores, de Rita Martin. En los siguientes meses se dramatizarán obras de José Corrales, Marcos Miranda, Leopoldo Hernández, José Triana y Carlos Felipe.
En cada ciudad, están los que condenan desde el silencio o la apatía cierto vacío cultural o las dificultades para abrir nuevos espacios. También los que no se cruzan de brazos, ni se arrinconan en el lamento, como quijotes de la cultura que se esfuerzan por cambiar la realidad. A ellos se debe que la verdadera cultura en Miami crezca como la ciudad y se gane un lugar, a pesar de la ramplonería que acecha y la indiferencia que amenaza. Sandra y Ernesto García, con su Teatro en Miami Studio, y el Instituto Cultural René Ariza, forman parte de esos quijotes.
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